Diálogo y estabilidad para aplicar políticas de izquierdas: eso era lo que aportaba, en palabras de los tres partidos firmantes, el acuerdo suscrito el 28 de julio de cara a los próximos cuatro años en Rivas. Un pacto que venía a calmar las aguas revueltas con las que se estrenó la legislatura en esta ciudad de 84.000 habitantes situada en el sureste madrileño, un tradicional feudo de IU, cuyo candidato a la reelección, Pedro del Cura, salvó la alcaldía con los únicos siete votos de su grupo en plena tormenta por el 'caso Aúpa'. Ahora, apenas ocho meses después, justo cuando los tribunales acaban de dar el carpetazo definitivo a este asunto, se abre un nuevo frente de consecuencias impredecibles en el municipio: el plante de Rivas Puede y PSOE a la hora de votar los presupuestos para 2016. Al día siguiente, un airado cruce de comunicados daba oficialmente por terminado el acuerdo entre las tres fuerzas.
Las escenas que se vivieron en el pleno, especialmente las votaciones (vea aquí el vídeo), eran inéditas en la ciudad. Rivas Puede, la segunda fuerza más numerosa del 'pacto de izquierdas', con seis concejales, había anunciado ya que votaría en contra de los presupuestos. El PSOE, la otra formación presente en la alianza, con cuatro ediles, hizo lo propio, a pesar de que todas las enmiendas que propusieron fueron aceptadas o transaccionadas por el Gobierno municipal. Ciudadanos (4 ediles) se abstuvo y el PP, para sorpresa general, dio luz verde a las cuentas con sus cuatro votos favorables. "Era difícil votar en contra de la construcción del CEIPSO en el barrio de la Luna, gracias a un convenio con la Comunidad de Madrid, la devolución de parte de la paga extra de 2012 y una subida salarial para los funcionarios. En contra de lo que se ha insinuado, no hubo negociaciones ni presiones", asegura el portavoz popular en el Ayuntamiento de Rivas, José Antonio Riber.
¿El mundo al revés? Para los cinco grupos municipales, lo ocurrido en este Pleno 'kafkiano' se venía larvando desde hace tiempo, si bien las interpretaciones varían de uno a otro partido. "Llevábamos tres meses compartiendo información en tiempo real y de forma preferente con ambos grupos. Rivas Puede decidió finalmente votar en contra y no hacer aportación alguna. El PSOE tenía dudas sobre los aspectos económicos y, a pesar de que hemos reforzado los recursos para recaudar y cobrar los impagados y que vamos a amortizar deuda [que actualmente alcanza el 127% del presupuesto de la ciudad] de forma anticipada, y de que aceptamos todas las enmiendas que propusieron, al conocer la postura de Rivas Puede decidieron votar en contra", narra Curro García Corrales, portavoz del Gobierno municipal y responsable del área de Hacienda.
El plante de Rivas Puede, anunciado en una rueda de prensa el día anterior al Pleno, se debió, según fuentes de la formación, a la imposibilidad de valorar adecuadamente la información suinistrada por el equipo de gobierno, ya que "no estaba actualizada ni estructurada y era difícilmente manejable", aseguran. "Tampoco conocíamos lo más relevante. Nos da la sensación de que primero se define el gasto y luego se consignan los ingresos para que respondan a ese gasto; además, había numerosas partidas sin ejecutar de otros ejercicios y grandes sumas de ingresos previstos no cobrados", explican a Madridiario. Por ello, aseguran que las cuentas elaboradas por el Gobierno municipal "no eran serias". "Sabemos también que nos falta experiencia en estos asuntos, al ser una formación nueva, y no nos avergonzamos de ello. Pero pedimos que se retrasara el pleno para poder valorarlo mejor y no lo hicieron; así que decidimos votar en contra", aducen dichas fuentes.
Por su parte, el PSOE logró que se aceptaran todas las enmiendas que presentó, pero decidió votar en contra porque "hay 7 millones de euros de dudoso cobro presupuestados y el problema de la deuda sigue siendo grave. Además, el Gobierno solo estaba dispuesto a negociar el 0,5% del presupuesto; no presentamos enmiendas sobre otros asuntos porque sabíamos que no se podían negociar", explica Rodrigo Parra, portavoz adjunto del PSOE en el Ayuntamiento de Rivas.
Las 'enmiendas de la discordia'
Tanto esta formación como Rivas Puede se quejan, además, de la ausencia de un "debate profundo" sobre los presupuestos en las semanas previas, algo que niega Corrales, que asegura haber puesto "todo de su parte" para debatir las cuentas, partida a partida. Por si todo esto fuera poco, una confusión a la hora de votar 13 enmiendas presentadas por Ciudadanos (el PP había presentado las mismas y retiró las suyas para evitar duplicidades, pero las apoyó) terminó en una bronca monumental en las redes sociales entre las formaciones de izquierdas. Las enmiendas iban encaminadas a traspasar el importe destinado a las asociaciones que llevan a cabo proyectos sociales y de cooperación al capítulo de transferencias de capital en lugar de gasto corriente. A juicio de sus promotores, de esta forma se garantizaría un mayor control sobre el destino de estas transferencias; para el Gobierno municipal, hacerlo supone "dejar sin cobertura presupuestaria" a estas asociaciones. Las enmiendas prosperaron con los 8 votos a favor de PP y C's, los 7 en contra del Gobierno municipal y las abstenciones de PSOE y Rivas Puede, excepto en un caso. "Desde luego en nuestro ánimo no ha estado nunca perjudicar el trabajo de estas asociaciones. Los textos nos fueron proporcionados pasadas las 15.00 horas del día del Pleno, que empezaba a las 17.30, y el alcalde fue enunciándolas por su numeración durante la votación, lo que provocó confusión en varios grupos, no solo en el nuestro", explican fuentes de Rivas Puede. Y añaden: "Nos hemos puesto a disposición del Gobierno municipal para buscar alternativas".
Reunión a tres bandas
Con los presupuestos aprobados inicialmente, y tras el parón de la semana santa, este miércoles está prevista una reunión a tres bandas para evaluar la situación. Tanto Somos Rivas como Rivas Puede y PSOE dieron por roto el pacto en sendos comunicados tras el pleno. Y, a pocas horas del cónclave, los ánimos seguían caldeados entre las partes. "El pacto está roto y ahora hay que redefinir las relaciones que vamos a tener. No hay que dar por perdido el marco de colaboración, pero en ningún caso esto es un punto y seguido, porque la perplejidad y la quiebra de confianza son totales", afirma García Corrales, de Somos Rivas. Y añade: "A partir de ahí, ponemos la ciudad por delante, pero son ellos los que deben tener claro qué papel deben jugar. Pediremos explicaciones y sentaremos las bases para que esto no vuelva a ocurrir".
Fuentes de Rivas Puede, por su parte, optan por la "prudencia" ante este encuentro, aunque se reafirman en que no han percibido "voluntad sincera" de cooperación en el día a día tras el acuerdo organizativo que se firmó en julio. Denuncian, además, una "campaña de acoso" en las redes sociales con "ataques personales", y afirman que están dispuestos a dialogar pero "en ningún caso otorgar un consentimiento previo a todo lo que hace el Gobierno municipal; tendrán que ir negociando y convenciéndonos de cada paso si quieren nuestro apoyo". En la misma línea se pronuncia Parra, del PSOE Rivas: "Ese acuerdo no era un cheque en blanco para el gobierno. Era un acuerdo programático y de organización del pleno, pero ya no existe la confianza que lo generó. Ahora tendremos que sentarnos las tres partes a negociar un nuevo marco de relación. Todo tiene que volver a la normalidad. Por nuestra parte no va a quedar", concluye.
Entretanto, los otros dos grupos de la oposición asisten perplejos a los acontecimientos. "Yo ya ¡ntuía que, por la ideología de los partidos firmantes y las relaciones previas entre ellos, ese pacto no tenía futuro", apunta Riber, del PP. "Ahora el alcalde tendrá que negociar aún más las cosas para que salgan adelante, lo cual es una buena noticia", añade. Por su parte, Beatriz Sobrino, portavoz de Ciudadanos, declinó hacer comentarios sobre la ruptura del acuerdo: "A nosotros no nos afecta ni nos ha afectado nunca y seguimos trabajando como siempre", apuntó.