El Centro Deportivo Municipal Daoíz y Velarde se transformará en un espacio de descanso para los refugiados ucranianos que parten de Atocha hacia su destino definitivo. El Ayuntamiento de Madrid cederá este pabellón al Gobierno de España para que las decenas de personas que esperan su tren a otras ciudades en la estación puedan reposar en condiciones más óptimas. Cruz Roja gestionará este recurso que estará disponible para acoger a las familias que huyen de la guerra "hoy mismo o mañana, en cuanto estimen necesario", ha señalado el delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte.
Según ha relatado el concejal, en las inmediaciones de Atocha coinciden cada noche entre 120 y 200 personas "en proceso de tránsito a coger el siguiente tren". Ante esta situación, el Ministerio de Seguridad Social e Inclusión envió un escrito al Consistorio madrileño solicitando la cesión del polideportivo Daoíz y Velarde, próximo a la estación, para que los expatriados ucranianos puedan acceder a él andando y pernoctar allí. En concreto, se habilitarán unas 240 plazas y se espera que la instalación permanezca abierta durante dos meses para el fin previsto con posibilidad de prorrogarlo más tiempo.
El Ayuntamiento ha aprobado este jueves la demanda lanzada por el ministerio que preside José Luis Escrivá y la Junta Municipal del distrito de Retiro está tramitando el convenio de cesión de la instalación. "Madrid es una ciudad de acogida y siempre colaboramos con estas necesidades", ha destacado Aniorte. Tal como ha explicado, Cruz Roja se hará cargo de la atención a los desplazados y la financiación del servicio la asumirá el Gobierno central.
Ya han pasado más de 500 ucranianos por Las Caracolas
En paralelo, el Consistorio sigue colaborando en la recepción de ucranianos en el centro temporal de acogida de Las Caracolas, donde los refugiados permanecen un máximo de 15 días hasta que el Ministerio de Inclusión los reubica en otros recursos de la red nacional. Hasta la fecha, por los prefabricados de Vallecas han pasado ya 523 personas procedentes de Ucrania, donde conviven con la diáspora venezolana, nicaragüense o colombiana.
"Ya teníamos el sistema de acogida de refugiados tensionado a nivel español en 2019 y desde entonces el Gobierno ha hecho muy poco por resolverlo", ha apuntado Pepe Aniorte sobre los "cinco o seis meses" que permanecen algunos alojados en Las Caracolas cuando la normativa fija una estancia provisional en centros municipales de dos semanas. Ahora, ante la notable entrada de ucranianos, el delegado insta al Estado a tanto a mejorar la coordinación entre administraciones en la primera atención como a "pensar en la integración de las familias en el medio y largo plazo, algo que no se está planteando y nos preocupa", ha advertido.