Al otro lado una voz ronca preguntó por mí, le dije que era yo y pregunté que quién era la persona que estaba detrás de ese número oculto. No me dijo su nombre. Simplemente comentó que tenía en su poder unos papeles que me podían interesar. Me citó a la mañana siguiente en una céntrica cafetería. Llevaba gabardina, gafas oscuras y sombrero. Aparentaba tener miedo de que alguien nos viera. La conversación fue corta.
-“Tengo algo para usted que en estos momentos están buscando todos los periodistas de este país”
-¿De qué se trata?
-“Soy el detective que ha estado siguiendo a Belén Esteban los últimos treinta días y quiero que usted publique en su web el resultado de mi investigación. Como no sé si usted será tan valiente como para publicarlo, de momento le dejo el resultado del seguimiento de dos días. Si lo publica, le volveré a llamar y le daré la totalidad del informe”
Dicho lo cual me pasó un sobre muy fino y se marchó sin decir una palabra ni pedir nada a cambio. Una vez consultado el tema con mis abogados, y al no verse descrito en estas dos páginas nada referente a menores, ni cualquier cuestión que pudiera ser considerada como delito, nos permitimos ofrecerles esta EXCLUSIVA.
LUNES 22 DE FEBRERO. 9 HORAS DE LA MAÑANA
El fin de semana ha sido tranquilo. La señorita B.E. apenas si ha salido de casa para ir a comprar los periódicos, detalle curioso es que se lleva todos los de Barcelona y luego va por el pan. Integral, por cierto. La barra.
Llego temprano al domicilio de la señorita B.E. una vez comprobado la semana anterior que su costumbre es levantarse pronto y dirigirse al gimnasio, donde cómo viene siendo habitual está una hora y media. Sale vestida con un jersey negro y un pantalón marrón, muy ajustado, que destaca su espléndida figura.
Media hora después de su llegada a casa vuelve a salir. En la puerta le espera un taxi. Continuamos el seguimiento. B.E. se dirige a la Biblioteca Nacional en el Paseo de Recoletos. La seguimos a cierta distancia para que no nos descubra por lo que no podemos asegurar cuál era el material que cogió. Evidente que no era la primera vez que iba por allí porque los funcionarios la saludan con cierta confianza. Durante una hora no se levanta de la mesa, inmersa en una lectura que parece le interesa.
13,30 horas. Un nuevo taxi le esperaba a la salida de la Biblioteca y se va directamente a las instalaciones de Tele 5.
20,30 horas. La señorita B.E. se dirige hacia su casa. Un rato después, aparece una furgoneta de una empresa de cáterin. Preguntan con ella y un caballero, debo suponer que su novio, recoge los paquetes.
21,15 horas. Llegan al domicilio de la señorita B.E. cuatro personas que me resultan conocidas. Creo reconocer a Elvira Lindo, Almudena Grandes, Pérez Reverte y Muñoz Molina. No lo puedo asegurar a ciencia cierta. Me mantengo a doscientos metros de la puerta pero puedo distinguir a B.E. que sale a recibirles y saluda a los cuatro muy cariñosamente. Deben ser amigos de la casa.
23,30 Salen los cuatro invitados y apenas pasados unos minutos, las luces de la casa se apagan. Confirmo que la señorita B.E. se acuesta pronto. Ningún día de la semana pasada salió de casa después de su vuelta del trabajo.
MARTES 23 DE FEBRERO 9 DE LA MAÑANA
B.E. vuelve a dirigirse al gimnasio. Una hora y media después se sube a un taxi. Continuamos su seguimiento. Se dirige a la Casa del Libro de la Gran Vía. Para no levantar sospechas, esperamos en la puerta del establecimiento. Del que sale, cuarenta y cinco minutos después, acompañada por el encargado de la Casa del Libro con una ingente cantidad de libros. Identifico alguna biografía, otros de historia y los de los finalistas del Premio Planeta.
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