Según ha informado la alcaldesa, Ana Botella, en la rueda de prensa posterior a la reunión de su Gobierno, en el documento se determina quién se hará cargo de las infraestructuras que incluye la operación.
Entre ellas, el proyecto y la ejecución de las obras de la nueva línea de Metro corresponderá a la Comunidad de Madrid la redacción del proyecto, pero el coste correrá a cargo de la entidad gestora Desarrollo Urbanístico Chamartín S.A. (DUCH).
A su vez, el Canal de Isabel II se encargará del traslado de sus instalaciones situadas en el ámbito.
Al Ayuntamiento de Madrid le corresponderá la ejecución de las obras de construcción del Nudo Norte y del Nudo Fuencarral previstas en el Plan Parcial, aunque su pago correrá a cargo de los propietarios de suelo.
Además, el Ayuntamiento, con independencia de las cargas que le correspondan como propietario del aproximadamente el 5 por ciento del suelo, pondrá a disposición de la Empresa Municipal de Transportes unos terrenos adecuados fuera del ámbito donde ubicar las instalaciones que actualmente la empresa municipal tiene en el mismo.
El documento aprobado de manera inicial ordena los más de 3 millones de metros cuadrados que ocupa el ámbito y cuya urbanización supondrá prolongar el Paseo de la Castellana en tres kilómetros, entre el Nudo Norte, frente al Hospital de La Paz, y la M-40.
La aprobación del Plan Parcial se produce después de más de un año de intenso trabajo, en el que se han celebrado más de una veintena de reuniones, valoraciones técnicas y consultas. "No es fruto de la improvisación", ha defendido la alcaldesa. Hace menos de una semana, la delegada de Urbanismo, Paz González, adelantaba en la comisión del ramo que se trabajaría "con la mayor intensidad para que esté aprobado cuanto antes" ya que la intención era "tramitar el Plan Parcial para que se pueda aprobar antes de finalizar el mandato".
Según el documento, del total de suelo del ámbito, 1,9 millones de metros cuadrados irán destinados equipamientos e infraestructuras, y se unirán a los 508.986 para zonas verdes. De los 3,1 millones de metros cuadrados de edificabilidad establecida, 1,7 millones serán de uso residencial para la construcción de más de 17.000 viviendas, de las que el 10 por ciento contarán con algún tipo de protección. El resto de la edificabilidad se destina a usos terciarios, capaces de convertir el ámbito en un centro de negocios y de alta tecnología.
El proyecto también fija las infraestructuras previstas, entre ellas la mejora de la estación de Chamartín, los nuevos nudos de la M-30 y M-40 y la nueva red de Metro. Botella ha sacado pecho por esta operación, que "incorpora a la ciudad unos terrenos ahora ocupados por los servicios ferroviarios y completa el tejido urbano de una zona obsoleta, que a día de hoy supone una barrera, con criterios medioambientales y de calidad".
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