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Del 10 al 20 de noviembre en el Teatro de la Zarzuela se representa la versión operística de La Casa de Bernarda Alba.
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Del 10 al 20 de noviembre en el Teatro de la Zarzuela se representa la versión operística de La Casa de Bernarda Alba. (Foto: Antonio Castro)

La casa de Bernarda Alba convertida en ópera

viernes 09 de noviembre de 2018, 11:44h

El teatro de la zarzuela estrena la versión operística del drama lorquiano La casa de Bernarda Alba. A partir del texto original, Julio Ramos ha escrito el libreto y la música ha sido compuesta por Miquel Ortega.

La partitura fue compuesta entre 1991 y 2006 y, hasta la fecha, se ha interpretado varias veces en versión sinfónica. El teatro madrileño pone en pie una lujosa producción en la que destaca el espectacular decorado diseñado por Ezio Frigerio. Su esposa, Franca Squarciapino es la responsable del vestuario. La dirección escénica corre a cargo de Bárbara Lluch (nieta de Nuria Espert) quien, tras unos comienzos como actriz se ha decantado por la dirección.

El texto de la ópera sigue muy fielmente el original de García Lorca. Para el compositor presenta la dificultad de que son diálogos muy vivos, con frases cortar, lo que dificulta componer grandes arias, como suele pasar en la lírica convencional. Tampoco es una historia en la que aparezcan hombre, salvo la mención constante a Pepe el Romano.

En muchos de los montajes teatrales el personaje de la Poncia se acaba imponiendo al resto por su gran fuerza popular. La vieja criada es interpretada aquí por un barítono, Luis Cansino, que hace una de las interpretaciones más brillantes. Al compositor parece gustarle mucho también la joven Adela, las más rebelde las hermanas, la causante del drama final. Y suyos son los temas más intensos de la ópera. Está interpretada por Carmen Romeu. El resto de las hermanas son Carol García, Marifé Nogales, Belén Elvira y Berna Perles. La criada principal la encarna Milagros Martín. La Bernarda Alba corresponde a Nancy Fabiola Herrera, que sigue el estereotipo de mujer seca, dura y autoritaria que estamos acostumbrados a ver siempre que se pone en pie esta obra.

Dejo para el final a Julieta Serrano. Su primera aparición como María Josefa, la abuela demente, es arrolladora y supone el punto de inflexión para que la historia comience a interesar. Suya es también la escena más lírica del tercer acto, llevada aquí casi al esperpento, pero que Julieta domina con su extraordinaria sabiduría escénica.

Se van a ofrecer solamente ocho representaciones de esta nueva -y costosa- producción. Pocas parecen ante el interés que ha despertado.

La casa de Bernarda Alba se representará entre el 10 y el 20 de noviembre.

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