La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) afirma que no es vinculante el alquiler de pisos turísticos en las ciudades con el aumento del precio del alquiler de la vivienda. Así lo ha asegurado en un informe publicado este lunes a petición de Ayuntamientos como el de Madrid, Barcelona o San Sebastián, con el fin de regular este tipo de servicio que se asienta cada vez con más fuerza en los núcleas urbanos.
Fuerte impacto ha tenido el informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en el que asegura que no encuentra pruebas que vincule el alquiler turístico en las ciudades por parte de particulares al aumento del precio del alquiler para vivienda habitual. Además, ve beneficios sociales en este tipo de alquileres y recomienda una revisión en profundidad de las normativas aprobadas.
Este informe llega como respuesta a las ordenanzas de varios ayuntamientos, como Madrid, Barcelona o San Sebastián, entre otras localidades, que quieren combatir este tipo de alquileres que plagan los centros urbanos y dejan sin viviendas disponible a los habitantes.
"La expansión de las viviendas turísticas se ha producido al hilo de la popularización de las plataformas digitales y ha supuesto una verdadera revolución en el mercado del alojamiento turístico. Como todos los cambios derivados del proceso de digitalización de la economía, ha generado beneficios para los usuarios, para los ciudadanos y para la economía de las ciudades, pero también ha generado inconvenientes para los modelos de negocio prexistentes, que deben adaptarse a la nueva realidad", dice en su informe la CNMC.
Es más, la CNMC asegura también que "la expansión de las viviendas turísticas ha intensificado la competencia, propiciando menores precios y mayor calidad de los alojamientos turísticos". Tampoco ve problemas de convivencia en las ciudades por la proliferación de este tipo de pisos turísticos: "Las viviendas turísticas contribuyen, además, a una
utilización más racional de los espacios urbanos, ya que, a diferencia de otras formas de alojamiento turístico, pueden ser habitadas con carácter habitual por los residentes y arrendadas a los viajeros en los momentos de mayor demanda".
En cuanto a los problemas de convivencia y las molestias vecinales, no los niega, pero apunta a otros orígenes e insinúa que hay que soportarlos, sin más: "Algunos de los efectos negativos atribuidos al crecimiento de las viviendas turísticas, como los derivados de la congestión (ruido, efectos sobre el medio ambiente), son, en realidad, consustanciales al conjunto de la actividad turística y precisan de un enfoque regulatorio global sobre el sector".