El Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático protagoniza parte del debate en el Palacio de Cibeles en un Pleno en el que los grupos no han modificado sus posturas con respecto a un proyecto llamado a "evitar nuevas multas de la Unión Europea", entre otros objetivos, según ha recordado Inés Sabanés.
Solo unos días después de su aprobación en Junta de Gobierno, el Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático 'ha tomado' este martes buena parte del Pleno del Ayuntamiento de Madrid. Todos los grupos políticos se han referido a él, aunque, como cabría esperar, con distintas valoraciones.
Inés Sabanés, como delegada de Medio Ambiente y Movilidad del Consistorio de la capital, ha tomado la palabra en Cibeles para defender la necesidad de poner en marcha un proyecto de estas características en la ciudad, no solo para facilitar la movilidad y por cuestiones de salud, sino también para cumplir con la UE y evitar nuevas sanciones.
El PSOE pide pedagogía y trabajar "con valentía"
Un Plan A que cuenta con el respaldo del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Madrid. Así, su portavoz, Purificación Causapié, ha explicado que su partido está "ampliamente comprometido" con un proyecto que consideran "imprescindible", por lo que ha instado al Gobierno capitalino a cumplir los compromisos adquiridos.
Para ello, ha animado a Sabanés a trabajar "con valentía, compromiso y agilidad". Un mensaje al que ha añadido una sugerencia: "Pensamos que hay que hablar más con los vecinos y con los comerciantes"; de lo contrario, ha añadido la portavoz socialista, "se puede ver fracasado si no hay buena pedagogía".
Posteriormente, el concejal José Manuel Dávila ha reafirmado el compromiso de los socialistas con un Plan que viene a dar respuesta a "un problema de salud pública de primera magnitud que cuesta en Madrid dos mil muertes prematuras por efectos de la contaminación".
Cs comparte los objetivos, pero no las estrategias
Más crítico se ha mostrado Ciudadanos, que, además, ha lanzado varias propuestas para completar un Plan del que comparten los objetivos, pero no las estrategias, ya que "se centran en la estrangulación de las vías", según el portavoz de Medio Ambiente y Movilidad, que ha criticado que "llega tarde, es irreal y está equivocado".
Entre esos 'errores', según Sergio Brabezo, hay "despropósitos como los de Galileo y Alcalá" o medidas que "olvidan a las personas y se fijan en los números". El edil naranja ha puesto como ejemplo el Paseo de Extremadura, donde "poner semáforos y pasos de peatones", ha estimado, se traducirá en el taponamiento de "una de las principales vías de acceso" a la capital.
Con este análisis encima de la mesa, Cs aboga por la construcción de "carriles de alta ocupación en todas las vías de entrada a la ciudad", la disposición de aparcamientos disuasorios o la promoción de un transporte público más 'verde' que pasaría, entre otras medidas, por una "renovación completa de la flota de la EMT para que sea completamente eléctrica". Brabezo también pide una "peatonalización progresiva de calles secundarias", una APR que se extienda más allá del distrito Centro y "extender BiciMAD a toda la ciudad".
El PP habla de un proyecto "autoritario y antidemocrático"
Pero el grupo más crítico con el Plan A ha sido una vez más el Partido Popular, que tacha el proyecto de "autoritario, arbitrario y antieconómico". En esta línea, la edil Inmaculada Sanz ha acusado al equipo de Gobierno de usar a los ciudadanos como "cobayas" tras "experimentos" como el de Galileo o "los cutrecortes de la Gran Vía".
Si el Plan es "autoritario", según el PP, es porque "impone medidas sin aceptar prácticamente ninguna alegación", un argumento que ha sido contestado por Sabanés, que le ha espetado que los populares no presentaron ninguna alegación de las 244 realizadas. Si el Plan es "arbitrario", según el PP, es porque "centra las medidas en restringir la libertad de las personas"; y "antieconómico" porque provoca "problemas al sector del comercio".
Por parte de los populares también ha tomado la palabra Fernando Martínez Vidal, para quien "la clave no es prohibir, sino disuadir": "La contaminación no se reduce con menos movilidad, sino con más tecnología", ha añadido, no sin apuntar que "los estudios indican que la calidad del aire en Madrid es ahora mejor que hace diez años", algo que ha explicado por lo hecho por el PP "en veinte años".