Los artistas y proyectos premiados en esta edición son Saelia Aparicio (Valladolid, 1982) con Prótesis para invertebrados; Ana Barriga (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1984) con El taller de las Moscas; Mario Espliego (Guadalajara, 1983) con Gargantas cosidas, tobillos atados; Ana Garcia Pineda (Barcelona, 1982) con Señores sentados haciendo rayas; Ignacio García Sánchez (Madrid, 1987) con Amaurot World’s Fair; Susanna Inglada (Tarragona, 1983) con Uñas y dientes; Raisa Maudit (Santa Cruz de Tenerife, 1986) con Una pequeña serenata fallida y Lucía P. Moreno (Basilea, Suiza, 1982) con My Advice to Eva.
Como en cada edición, se ha editado un catálogo bilingüe español/inglés que acompaña a la exposición con textos de Juliette Desorgues, comisaria; Luis Gordillo, artista; Inez Piso, comisaria, y Sofia Bauchwitz, artista; Andrea Valdés Vigil, escritora y periodista; Manuela Pedrón Nicolau y Jaime González Cela, comisarios; Mateo Lucchetti, comisario y crítico de arte, y Nora Barón, artista.
Con la irrupción del arte de acción y del arte participativo, a partir de los años 60 del siglo pasado, se inicia un diálogo constante entre el lenguaje teatral y las artes visuales más tradicionales, surgiendo prácticas que se formalizaron a modo de happenings e instalaciones. Desde entonces, la teatralidad es una de las características más relevantes del arte contemporáneo, cuya práctica incluye una multiplicidad de referencias culturales, políticas y sociales que apelan tanto a la emoción como a la reflexión, tanto a la sensorialidad como a la mirada analítica.
Al modo de un 'Coney Island de nuestra mente', estos ocho artistas presentes en Generación 2019 llevan a escena “paraísos distintos”, utopías o realidades paralelas, paisajes ficticios donde formas orgánicas, prótesis, cuerpos interiores, gritos o susurros sirven para contribuir al espectáculo del arte: dispositivos de exposiciones universales para presentar ideas utópicas, gabinetes de maravillas, curiosidades, objetos maravillosos, acciones que invocan artistas del pasado, etc.
La experiencia, lo sensitivo, lo teatral: dibujo expandido, pintura expandida, objetos escultóricos, quejíos e interjecciones, expresiones remotas… La formalización de las obras no sólo se ha “expandido”, sino que es teatralizada con el fin de atrapar al espectador y hacerle participar con todos sus sentidos: olores, sonidos, imágenes, formas orgánicas, texturas, tejidos, invocaciones, etc. El espectador se convierte en un actor más de las obras, en un gran teatro que es fruto de “las fuentes de la imaginación”.