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Centro de acogida 'Juan Luis Vives' en Vicalvaro.
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Centro de acogida 'Juan Luis Vives' en Vicalvaro. (Foto: Kike Rincón)

Hacinamiento en centros de personas sin hogar: “Si hay contagiados será imposible parar la propagación”

lunes 23 de marzo de 2020, 07:30h

Los centros de acogida de personas sin hogar de Madrid han lanzado un SOS para evitar convertirse en un nuevo foco de contagio del coronavirus. Las residencias de ancianos de la región, atestadas de casos positivos, actúan como precedente de la realidad que podría darse en estos espacios donde los usuarios también presentan patologías que agravarían el estado de los afectados. Los trabajadores de estas instalaciones municipales denuncian condiciones de hacinamiento y personal sanitario mínimo, al tiempo que atienden a personas aisladas por presentar sintomatología propia del virus.

En el albergue para ‘sin techo’ Puerta Abierta, en el barrio de Cuatro Vientos, “la situación empieza a ser insostenible”, asegura uno de los trabajadores a Madridiario. A sus 120 residentes fijos se han sumado en los últimos días 12 nuevos que el Ayuntamiento de la capital ha reubicado allí para limitar la exposición al Covid-19 que tenían en la calle. De ellos, dos han llegado con un informe que les acredita como posibles casos contagiados por la enfermedad. Ambos permanecen aislados junto a otra persona en una habitación, pero no se les ha practicado el test que corrobora si están infectados.

“Hemos llamado para pedir la prueba, pero nos han dicho que hasta que no estén graves no se pueden hacer cargo”, relata el trabajador del centro. Por el momento, dos enfermeras siguen su evolución, una en turno de mañana y otra, de tarde. A ellas dos se resume el personal sanitario del Puerta Abierta, que no ha sido reforzado pese a las circunstancias actuales. “Si se contagian, estamos perdidos”, apuntan desde el albergue.

El resto de la plantilla la forman otras 72 personas, entre las que se incluyen cuidadores, limpiadores, educadores y trabajadores sociales, pero se han establecido servicios mínimos “para evitar entradas y salidas del centro”. Además, a algunos empleados se les ha concedido permiso para cuidar de los hijos o de familiares a su cargo en estas jornadas de confinamiento. No obstante, consideran que en otros espacios de acogida de personas sin hogar como el Juan Luis Vives o San Isidro, ligados a la Campaña del Frío consistorial, la posición de sus compañeros resulta aún peor con “solo dos o tres trabajadores por turno”.

El Consistorio trata de aislar a posibles contagiados

Por su parte, fuentes del área de Familias, Igualdad y Bienestar Social del Ayuntamiento explican a este medio que “sí ha habido un refuerzo de personal -sanitario y de limpieza- desde el primer momento tanto en el centro de gestión municipal (San Isidro) como con las empresas que gestionan el resto de los recursos”. En el caso concreto de San Isidro, los nuevos contratos “se están haciendo en 48 horas”, mientras en los centros de gestión indirecta, como el Puerta Abierta, “el proceso administrativo es más lento”.

En cuanto a los protocolos seguidos para aislar a los posibles casos positivos, desde el área que dirige Pepe Aniorte trasladan que “se está realizando una reorganización de recursos para mantener a las personas sin síntomas separadas de las que sí los tienen”. El Juan Luis Vives y el centro de emergencia para solicitantes de asilo han sido los recintos elegidos para acoger a estos últimos. “Quienes estaban allí previamente han sido reubicados en otros espacios para personas asintomáticas”, precisan fuentes municipales. Asimismo, el viernes abrió sus puertas el pabellón habilitado en Ifema para dar cobijo a 150 personas sin hogar, acondicionado por el Samur Social y la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Ante la falta de camas, colchonetas en el hall

Sin embargo, este despliegue no resulta suficiente para mitigar la ocupación al límite del resto de centros y desde el Puerta Bonita alertan de los “momentos críticos” a los que se enfrentan desde que comenzó el estado de alerta por el complicado perfil de sus usuarios. “Muchos tienen patologías mentales y el 20 por ciento son inmunodeprimidos”, indican. Otros tienen EPOC, diabetes o problemas de corazón y entre los recién llegados se encuentran dos alcohólicos crónicos. Para paliar un posible síndrome de la deprivación alcohólica de estos, se han visto obligados a servirles vino en pequeñas dosis, pero las existencias se están terminando.

La plantilla del centro muestra una gran preocupación por la vulnerabilidad de estas personas y, aunque consideran que “por el momento, la situación está más o menos controlada”, reconocen que si no se actúa a tiempo "dejará de estarlo". Por ello, piden al Consistorio madrileño que no derive al Puerta Abierta a más ‘sin techo’. “Nos dijeron hace cuatro días que no vendrían más y después trajeron otros seis”, lamentan. Con las camas al completo, han colocado colchonetas en el hall. En ellas descansan, entre otros, una señora de 66 años con gota y un hombre que llegó con chinches trasladado hasta allí por el Samur Social.

Los centros piden ayuda al Defensor del Pueblo

Ante estas circunstancias de “hacinamiento desmedido”, los trabajadores de los distintos centros de acogida de personas sin hogar de Madrid se han unido para enviar una carta conjunta al Defensor del Pueblo. En ella exponen que dicho colectivo está catalogado como población de riesgo, por lo que no entienden cómo las medidas adoptadas por las autoridades locales son de “sobreexposición” y no de protección ante la enfermedad. En el escrito describen como “una tarea imposible” crear los espacios de seguridad necesarios para evitar futuros contagios.

El personal de los albergues denuncia no contar “con servicios técnicos ni infraestructuras necesarias” para alojar a más personas: “No sólo no nos podemos hacer cargo de estas nuevas derivaciones sino que dificultan que tomemos las medidas pertinentes y necesarias ante un posible caso de nuestros residentes habituales”. Además, temen ser ellos mismos quienes traspasen el coronavirus a los usuarios de este servicio al no haber sido provistos de los equipos de protección adecuados. “Solo tenemos mascarillas quirúrgicas, que vienen a cuentagotas”.

Respecto a esta cuestión, desde el Ayuntamiento inciden en que se suman a esta queja y apuntan hacia el Gobierno nacional como culpable de este problema “muy grave” de desabastecimiento de material protector. Asimismo, fuentes del área de Familias, Igualdad y Bienestar Social señalan que están realizando “un gran esfuerzo para aumentar las plazas y garantizar la salud de las personas dado el ‘efecto llamada’ que las medidas tomadas han producido entre personas sin hogar de otros municipios de la Comunidad”.

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