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Regresa el Rastro tras ocho meses cerrado
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Regresa el Rastro tras ocho meses cerrado (Foto: Chema Barroso)

Vuelve el Rastro, el único mercado patrimonio cultural de Madrid

Regresa el Rastro, un valor esencial en Madrid

Por Fernando Morales
domingo 22 de noviembre de 2020, 08:59h

Vuelve el Rastro. Regresa un patrimonio vivo de la ciudad de Madrid que había desaparecido de las calles del barrio del Rastro -una zona con más de 18.000 vecinos- el 12 de marzo, cuando el concejal presidente del Distrito Centro, José Fernández Sánchez, firmó un decreto de cierre ante las alarmantes cifras de contagios que ya se estaban registrando en Madrid la semana del 9 de marzo. Una decisión que provocó que los comerciantes del Rastro desmontaran sus puestos un domingo 8 de marzo sin saber que el mercadillo desaparecería durante ocho meses.

Esta no era la intención de unos vendedores que se han visto endeudados, algunos desahuciados, por una situación que llevaban intentando arreglar desde el pasado 5 de junio. El colectivo del Rastro, formado por 1.000 familias, envió al consistorio una propuesta para reabrir el rastro en el mes de junio con solo el 50 por ciento de los puestos cada domingo, justo lo que se acaba de aprobar. Pero el ayuntamiento pilotado por José Luís Martínez Almeida, y según los comerciantes, respondió el 24 de junio con una propuesta "que desmantelaba en la práctica el mercado, su historia y su cultura". Propusieron que volvieran solo el 12 por ciento de los puestos, elegidos a sorteo, y ubicados, algunos, hasta a 20 minutos andando del epicentro del Rastro.

"El poder de convocatoria que tiene el Rastro va a ser muy importante"

Fue en ese momento cuando prendió la mecha. Los comerciantes veían "inviable que no se respetara un lugar tan emblemático" y comenzaron a manifestarse en las calles, hasta sumar 28 concentraciones a finales de octubre. Mientras, aunque creen que el Ayuntamiento pretendía, "como ya intentaron otras administraciones" -y el equipo de Almeida catalogó de "absolutamente falso"-, restructurar y desmantelar el mercado por estar en un enclave "muy goloso para cuestiones especulativas", el intercambio de papeles prosiguió con una segunda propuesta por parte de la corporación municipal que consistía en abrir con el 30 por ciento de los puestos y que el control de aforo y balizamiento corriera a cargo de los propios vendedores, algo a lo que se negaron por ser, según ellos, ilegal: "No tenemos autoridad para delimitar zonas en la vía pública. Eso es competencia de la administración local", explica Mayka Torralbo, portavoz de la asociación El Rastro Punto Es a Madridiario cuando ya tiene todo preparado para volver este domingo a su puesto. "Cada uno vamos a estar dos veces al mes vendiendo", por lo que cree que no recuperarán los meses perdidos. Aun así, apunta: "El poder de convocatoria que tiene el Rastro va a ser muy importante para nosotros".

Como la segunda propuesta no convenció a los comerciantes, la administración local, en una tercera propuesta el 15 de julio, planteó abrir el mercadillo con el 50 por ciento de los puestos -lo que venían solicitando los vendedores desde el 5 de junio- pero seguía descargando en ellos la responsabilidad de controlar y balizar la zona, la cuestión, según Torralbo, que ha ido alargando la reapertura de este mercado. Pero a pesar de todo, desde el coordinador general de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento achacó el cierre del Rastro a la "falta de corresponsabilidad de algunos comerciantes".

Así, esta situación también ha hecho mucho daño a otros sectores de la zona. Y es que, este emblemático mercado con más de 300 años de historia, no es solo un sitio para comprar sino que es "un espacio de encuentro" donde se va con amigos o familiares a pasear y disfrutar de una zona que también cuenta con una red de 400 comercios que abre todos los días. Esa es la razón por la que Manuel González, presidente de la asociación de comerciantes Nuevo Rastro Madrid, aunque sensible con la problemática de los comerciantes, ve que este conflicto "lo único que nos ha hecho ha sido mucho daño porque ha dado la idea general y global de que el Rastro estaba completamente cerrado". Un asunto que, para este comerciante que cree que el rastro podría estar abierto desde hace cinco meses, se ha provocado porque "había una serie de intereses por ambas partes", entre los que destaca que para el Ayuntamiento era un problema el abrir el Rastro por el coste altísimo que acarreaba. Una cuestión negada por el equipo municipal cuando aseguraban que estaban intentando "por todas las vías" la reapertura "con las máximas condiciones de seguridad".

Un punto de inflexión

"La peculiaridad del Rastro es que lo componen los puestos y los comerciantes"

Pero a la vuelta del verano la situación cambió. El presidente del Distrito llevó al pleno del 9 de septiembre la tercera propuesta, a pesar de que el día cuatro los comerciantes le presentaron, en una reunión presencial, su propuesta inicial en un informe de 24 páginas. Pero todos los partidos políticos, excepto PP y Ciudadanos, rechazaron el planteamiento del consistorio, lo que provocó "un punto de inflexión" ya que desde ese momento las siguientes propuestas del Ayuntamiento estaban más cerca de lo que los vendedores reclamaban y lo que apoyaron los ciudadanos con más de mil firmas. "Queríamos que permaneciera en su situación histórica, que cada puesto estuviera en su ubicación habitual". Y con ello, llegó la cuarta idea del equipo de Almeida, que no convenció lo suficiente al colectivo y decidió presentar algunas mejoras como, por ejemplo, el perimetraje conjunto de los puestos ambulantes con las tiendas de la zona que también sacan stand a la calle. "La peculiaridad del Rastro es que lo componen los puestos y los comerciantes", añade.

Este acercamiento de posturas, sin embargo, terminó con un nuevo tira y afloja entre ambas partes ya que, según Torralbo, el Ayuntamiento no mandaba una nueva, y quinta propuesta, que recogiera las mejoras. Por ello, los vendederos se concentraron ante el Congreso de los Diputados hasta que finalmente el 5 de noviembre el equipo municipal les envió un documento de reapertura "con muchas deficiencias" -sin firma del concejal presidente y sin membrete del Ayuntamiento- pero que fue sometido a votación por el colectivo. Tras varios días de votaciones, el 13 de noviembre llegaron a un acuerdo ambas partes en el que, entre otras cosas, se recogía el compromiso del concejal presidente del Distrito de que una vez finalizara la crisis sanitaria, el Rastro volvería a las condiciones prepandemia. Y esto, en el decreto de reapertura firmado el pasado jueves no sale recogido explícitamente. "Solo pone que las medidas actuales durarán mientras siga la crisis sanitaria, pero no recoge que volveremos a las condiciones anteriores".

Ahora, tras seis meses de negociaciones, los comerciantes podrán volver a instalar el 50 por ciento de sus puestos cada semana pero solo ocupando la calzada de las calles, teniendo que quedar libre las aceras para así poder delimitar mejor el mercado y poder llevar a cabo un control correcto del aforo -2.702 personas-, que finalmente, y como pedían las organizaciones, será responsabilidad de la Policía Municipal.

Vuelve así un "valor esencial en Madrid", el único mercado que es patrimonio cultural de la ciudad de Madrid que tiene su origen en un antiguo matadero y en muchas tiendas que estaban relacionadas con actividades derivadas del mercado. "Proviene de un mercado de ganado, por eso se llama rastro, de los rastrojos que dejaba el ganado", cuenta el presidente de la asociación de comerciantes fijos y estables Nuevo Rastro, que quiere reivindicar la zona y dinamizarla creando espacios y tiendas para nuevos emprendedores, ferias y recuperar tradiciones.

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