Los escape room continúan siendo uno de los planes de ocio más exitosos en Madrid. Decenas de juegos han invadido Madrid intentando buscar fórmulas novedosas que atrapen el ingenio de los participantes. Un nuevo modelo de ocio: un restaurante con un juego de escape que propone una velada con comida o cena que se desarrolla en un antiguo refugio de la guerra civil, se une a la variada oferta de escapismo.
Los enigmas aguardan a la entrada de un restaurante madrileño. La velada nocturna augura tres horas de diversión y risas -y de gastronomía- en las que un grupo de amigos deberá elaborar una estrategia conjunta para escapar de un antiguo refugio de la Guerra Civil. Un escondite que además tuvieron que encontrar a través de una serie de pistas. Porque en Enigmatiumroom las aventuras y el ingenio comienza desde el principio, desde que se reserva el día y hora. Todo es secreto, desde el nombre del local, la ubicación y el menú. "Mandamos un correo electrónico que tienen que descrifrar o descubrir la pista que les llevará al lugar donde se desarrolla el juego. Así averiguarán la localización del restaurante. Algunos tardan poco y otros más tiempo", cuenta Ignacio Rodríguez, director de este juego de escape.
Se trata del primer restaurante que ofrece esta modalidad de juegos. Un escondite en la que todos los comesales deberán encontrar el camino para huir antes de que el marcador llegue a cero y no será fácil, como en cualquier entretenimiento de escape. Acompañados por un actor durante toda la velada, los jugadores comenzarán con una breve introducción que les sitúa en el contexto de la historia. Cuando han escuchado el argumento del juego de boca de un actor, que les acompañará toda la noche, llega el otro protagonista de la noche: el menú.
Los entrantes -torreznos, croquetas y pimientos rellenos, entre algunos de los manjares- se degustarán con los primeros enigmas. Acertarlos es imprescindible si el grupo quiere disponer de pistas para agilizar su huida de la habitación. Los segundos platos (carne o pescado) también plantean una serie de pistas que puede conseguirse si se trabaja en equipo. Tras los postres, llega el momento esperado.
Con la mente más fresca y el estómago lleno, el objetivo es salir antes de una hora de esta sala. Cuantas más pistas se hayan conseguido en el transcurso de la cena, más posibilidades para escapar.
"Más que un juego de escapismo, es una experiencia diferente y única", detalla Rodríguez. No solo son candados que abrir, la estrategia y el ingenio también deberán imponerse en estas horas trepidantes.