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Amaia y Alfred interpretando Tu Canción.
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Amaia y Alfred interpretando Tu Canción. (Foto: Eurovision)

Fuego, magia y canciones con mensaje se dan cita en la final de Eurovisión

Por Alba Cabañero Aina
sábado 12 de mayo de 2018, 09:47h

Vikingos, gallinas, vampiros y fuegos artificiales. La 63º edición del Festival de Eurovisión llega este año a Lisboa por primera vez gracias a Salvador Sobral y su Amar pelos dois. Hasta 26 países se enfrentarán en una final en la que Chipre, Israel y República Checa llevan la delantera en las apuestas mientras que España intenta encandilar a Europa con Alfred y Amaia y su Tu canción.

Un año más, Europa se paraliza para disfrutar de uno de los concursos musicales más longevos y continuados de la historia de la televisión: el Festival de Eurovisión. El cantante Salvador Sobral y su Amar pelos dois conquistaron el corazón de los eurofans y consiguieron la primera victoria para Portugal en la historia del certamen.

El Altice Arena de Lisboa es el lugar elegido para acoger a los 26 participantes, de los que 20 han ganado su pase a la final tras competir en las semifinales del 8 y 10 de mayo. De esas rondas clasificatorias han salido ya los cantantes favoritos del público que lucharán por el micrófono de cristal este sábado 12.

Feminismo, fuego y ópera

La primera semifinal dejó entrever quiénes serían los representantes más llamativos. La israelí Netta llamó la atención de los eruditos de este festival por su canción Toy, en la que con su onomatopéyica letra critica la sociedad machista y a los abusones, “los verdaderos gallinas”.

Su puesta en escena, rodeada de bailarinas, con un peinado único y vestimenta colorida son la guinda que acompaña a la que era la favorita de las casas de apuestas hasta la llegada de Eleni Foureira al escenario del Altice Arena.

Albanesa de nacimiento y cantante reconocida en Grecia y Chipre, la representante de este último país ha sido definida como la ‘Beyoncé de Eurovisión’. Su tema, Fuego, tiene todas las papeletas de convertirse en la canción del verano, con mucho ritmo y una perfecta coreografía de la artista y sus acompañantes que hace pensar que el año que viene Eurovisión sea celebrado en la isla mediterránea.

Pero no solo estas divas copan las casas de apuestas. Mikolas Josef, cantante de la República Checa, promete poner a bailar a toda Europa con su Lie to me. El checo dio el gran susto durante los ensayos tras lesionarse llevando a cabo un salto mortal que hizo peligrar su actuación. Aun así, pondrá en pie al público en la final, eso sí, sin grandes aspavientos.

La gran sorpresa la dio la estonia Elina Nechayeva, cuyo vestido es un lienzo en el que se van proyectando diferentes imágenes mientras ella maravilla a la audiencia con su voz de soprano interpretando la ópera en italiano La Forza. Este género musical no es que sea el más corriente en este concurso, pero Nechayeva logró el paso a la final tras no clasificarse el año anterior sus compatriotas Koit Toome y Laura con una balada pop.

Una edición que pretende concienciar

Las canciones son siempre un buen método para transmitir un mensaje y muchos artistas a lo largo de la historia de Eurovisión han buscado concienciar a la audiencia. Francia e Italia, miembros del Big Five, se presentan este año con dos piezas reivindicativas.

Los galos Madame Monsieur interpretarán Mercy, la historia de un bebé que nació en una patera en mitad del mar cuando su familia huía de las bombas en busca de una vida mejor y que representa a todos los niños que se han visto desprovistos de su infancia por los conflictos armados.

De guerras y atentados continúa la cosa, y es que los italianos Ermal Meta e Fabrizio Moro buscan dar un mensaje de paz con Non mi avette fatto niente, eliminar el miedo y mostrar su rechazo al terrorismo.

Aunque no solo se tratará la violencia en esta final. El ya ganador de Eurovisión en 2009, Alexander Rybak, enseñará cómo se escribe una canción en That’s how you write a song; los húngaros AWS lucharán por retomar el legado heavy que dejó Lordi con Viszlát nyár; los daneses Rasmussen relatarán la historia de un famoso vikingo y el ucraniano MELOVIN despertará de su letargo vampírico para cantar Under the ladder.

Amaia & Alfred, escueta y romántica actuación

Los representantes españoles Amaia y Alfred saltarán al escenario en segunda posición durante la final para cantar Tu canción y desprender magia y romanticismo por todo el estadio. Su actuación será sencilla, sin fuegos artificiales y ninguno de los dos volará como se vio en su videoclip, pero sí podrán verse miradas cómplices y caricias con las que buscarán derretir a Europa.

La final de Eurovisión podrá seguirse como todos los años desde las 21 horas en TVE y RTVE, aunque para esta edición, Cinesa ha habilitado 44 salas de cine para ver en pantalla grande las actuaciones. Otra alternativa para aquellos eurofans de Madrid se encuentra en la azotea del Hotel Puerta América, donde se instalará una pantalla grande en la que seguir el concurso.
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