Más de cincuenta obras teatrales han subido al tablado del Corral de Comedias de Alcalá desde el 2 de abril del 2005 este teatro, con cuatro siglos de historia, se convirtió en un escenario permanente donde se puede disfrutar de actividades de todo tipo: desde las representaciones más prestigiosas hasta la música de mayor calidad. Desde su nacimiento en los patios de varias casas en la ciudad alcalaína distintos avatares han salpicado la vida del teatro. Su caída en el olvido hizo que fuera utilizado como almacén de productos de la construcción, e incluso se pensó en su demolición hasta que un grupo de estudiosos descubrió los encantos de un Corral que poco a poco se ha convetido en una sala única y de prestigio, tanto en la ciudad como en la región. Ahora, el Teatro de la Abadía se ha hecho cargo de su gestión y ya han conseguido que un 70 por ciento del público acuda habitualmente a ver sus funciones.
El Corral de Comedias de Alcalá aparece oculto bajo sus paredes y su cúpula renacentista. Cuando paseas por la calle puedes despistarte y pasar por alto un espacio escénico de algo más de cuatro siglos de historia, pero una vez que has entrado, su tablado y su palco te atrapan. Es sin duda, cuando consigue que miremos al pasado e imaginemos su historia. Cuando nació, en el siglo de Oro, estaba reducido a un espacio rodeado por patios encuadrados en las fachadas de cuatro casas, hasta que el Ayuntamiento de Alcalá se dio cuenta de la importancia de dar estabilidad a una zona donde todos los días se reunía un grupo de cómicos. Para ello, contruyó el tablado con las superficies de varios carros colocados al pie de las fachadas, hasta que el carpintero más ilustre de la Villa se encargó de contruir una estructura estable. En el reinado de Felipe V cambiaron las modas y el Corral dejó de ser el teatro clásico español.
Era el momento de auge del teatro italiano que llegó con Isabel de Farnesio y su corte de músicos y arquitectos. Más adelante, el teatro comenzó a perder importancia y los propietarios pensaron en que quizá una actuación del famoso e ilustre Farinelli lograría revivir el Corral. El castrati no llegó a pisar el tablado, pero por él se construyó la cúpula de marcado carácter renacentista, que hoy día puede apreciarse tras su restauración. Fue en 1831 cuando se compraron las casas adyacentes, que fueron amputadas para contruir la balconada romántica. Los alcalaínos tal vez no conozcan su historia pero sí recordarán que en los años 20 el coliseo dejó de lado las representaciones y pasó a convertirse en un auténtico cine conocido como El Palacio de las Pipas o el Cine Chico de Alcalá. Pero la cinematografía tropezó con la ruina. Era una época de mala suerte para el corral, que pasó a albergar productos de construcción y desterró al olvido su memoria histórica de tal forma que una conocida empresa de comida se hizo con la propiedad del teatro. Justo cuando se pensó en su demolición un grupo de estudiosos descubrió los encantos de un Corral, los palcos y la magia de un espacio que podía servir para representaciones.
Hoy día podemos admirar un conjunto de estilos que ofrecen un resultado fascinante: el barroco popular español, una cúpula neoclásica y una palconada romántica han sido objeto de una meditada restauración que ha durado 23 años y ha convertido al corral en un sitio de una enorme armonía que propicia la integridad, la palabra y la música, así como la comunicación escenario-público. En un 70 por ciento los materiales originales. Desde el 2002 numerosos visitantes se han acercado a descurbir los encantos del corral. Durante tres años ha sido apenas un salón de actos, usado para eventos municipales, actos infantiles y visitas guiadas hasta que se instalaron las infraestructuras necesarias de iluminación y sonido. Fue entonces cuando la Comundad de Madrid pidió al Ayuntamiento de Alcalá la utilización del espacio durante 25 años y el Consistorio aceptó. A partir de este momento Joaquín Hinojosa se hizo cargo de la programación de obras en el corral como Director Delegado del mismo. Y todo consensuado con el equipo de dirección de La Abadía, que es la compañía que gestiona el Corral.

El 2 de abril de 2005 el Corral de Comedias abrió sus puertas como espacio estable. Hinojosa afirma que "ha costado muchísimo fidelizar al público porque nadie sabía que este espacio exístía ya que había conciencia de su abandono, pero no de su restauración". No obstante, poco a poco el corral se ha hecho con un público habitual que todos los fines de semana repite. Aunque el aforo es pequeño, "tenemos fijo un 70 por ciento de ocupación y el porcentaje de funciones que llenamos al 100 por cien es del 60 por ciento". Los que acudan al teatro podrán ver obras de todo tipo: unas más accesibles, de repertorio clásico y otras más innovadoras. Hinojosa dice que "la apuesta es conseguir que la gente no se pregunte qué ponemos sino que venga solo porque es el corral. Por el momento, ha conseguido un progreso de afianciamiento en la ciudad y de cariño ciudadano.
El director señala que "para el público medio son espectáculos de un nivel formal exquisito y de contenido deslumbrante". "Procuro que la programación esté ciudada primando el hecho teatral: se hacen conciertos, poesías, soliloquios, monólogos, conciertos en solitario, actuaciones de castratis. Ha pasado todo lo mejor tanto español como europeo, pero siempre en pequeño formato", explica. Sin embargo, aún tienen que ganarse a los jóvenes, que pasan poco por la sala. Una minoría curiosa de cultura y espectáculo es la que se acerca al corral, pero generalmente los fieles son los espectadores de mayor edad "con un alto nivel de gozo estético", dice Hinojosa.
Obras y visitas guiadas
Pero además de las obras, el teatro sigue acogiendo las visitas guiadas, además de servir como espacio para algunas actividades. "Uno de nuestros compromisos al aceptar la gestión era no aparecer como instrusos, que se entendiera que veníamos a ser parte de la ciudad. Y además, con el compromiso de poder ceder el espacio para aquellas actividades que surgiesen compatibles con la sala, como una campaña infantil de dibujo, que era una manera de entender y acercar el teatro al público", comenta Hinojosa. El corral está más vivo que nunca y prueba de ello son las visitas de ciudados de Guadalajar, Toledo o Madrid que acuden a sus instalaciones gracias también en la información detallada en su página web, "una de las cien mejores de espacios públicos de Europa".
El Corral de Comedias de Alcalá apenas ha cumplido un año de representaciones, pero ya merece ser reconocido. Hinojosa se siente orgulloso de recibir el galardón que le otorga Madridiario: "Lo acojo con mucho orgullo, es un premio que recibe el equipo del corral y yo que soy parte de ese equipo". Y añade que "son más de 50 espectáculos al año y es un esfuerzo íntimo de actuación en un espacio teatral que también acoge, poesía, música y danza. Trato de formar al espectador y ser exigente conmigo mismo". Joaquín Hinojosa ha sabido elegir para este espacio las mejores obras. Ya sólo queda acomodarse en la butaca y esperar a que se levante el telón.