"Malos y muy decepcionantes". Así ha calificado Pablo Iglesias los resultados electorales de Podemos en las elecciones municipales y autónomicas del pasado 26 de mayo, en las que el partido morado quedó como última fuerza en la Comunidad de Madrid. Para Iglesias, el problema es "de todos" y pasa por no haber logrado afianzar un liderazgo territorial -salvo excepciones como la de Kichi en Cádiz o la de Ada Colau en Barcelona- debido, en buena medida, a la "confusión" que genera el popurrí de siglas con el que concurren en los distintos territorios.