El próximo 14 de septiembre se cumplirán cien años del fallecimiento de don José Echegaray, el primer español que consiguió el Premio Nobel de Literatura el año 1904. Me temo que entre el cuatricentenario de Cervantes (que pasará con más pena que gloria en Madrid) y el tricentenario del nacimiento de Carlos III, el ‘mejor alcalde de Madrid’, la muerte del político y literato quedará sin celebración. Y, sin embargo, hay muchas razones para resucitar la figura de este madrileño que nació en 1832. La obtención del Nobel por su extensa obra dramática es una de la ellas. Pero no son menores sus aportaciones a las matemáticas y a la política.