Todas las mamás que ya han criado a un bebé saben que hay momentos en los que el bebé no quiere o no puede dormir. Si eres madre primeriza y todavía no conoces el término regresión del sueño, a continuación, vamos a explicar qué es, cómo identificarlo y qué hacer para conseguir que el bebé logre descansar. Antes de todo, ten en cuenta que la regresión del sueño en bebés es un proceso habitual y no hay que preocuparse demasiado por ello.
¿En qué consiste la regresión del sueño?
Se trata de un fenómeno que ocurre en diversas ocasiones en un bebé hasta la edad de 3 años, aunque muchas veces termina a los 2 años y medio. Esto se debe a que los bebés pasan por diferentes fases de agitación y desorganización por lo que es un proceso normal dentro de su desarrollo.
La duración de esas regresiones es variable y puede ocurrir en cualquier momento. Así, puede ser que suceda solo unos días o varias semanas seguidas. Lo ideal es cargarse de paciencia y no estresarse demasiado, ya que el bebé puede percibir las emociones de la madre.
¿Cómo identificar la regresión del sueño en el bebé?
Hay varios factores que nos pueden indicar que nuestro hijo está pasando por este proceso. El primero de ellos es que se despierte varias veces en la noche y no consiga dormir durante mucho tiempo.
Otro síntoma es que el bebé esté relajado, pero al momento de dormir o echarse la siesta llore o proteste bastante. Asimismo, si le cuesta mucho dormir o incluso si no llega a echarse la siesta puede ser otra forma de identificar la regresión del sueño.
Por otro lado, hay que entender que hay veces que los bebés no son capaces de dormir por motivos concretos. Generalmente, los que tienen que ver con la regresión del sueño son por crecimiento, pero también el cambio de alimentación o del entorno puede suponer un choque para el bebé. Asimismo, las enfermedades y los berrinches son significativos a la hora de que el bebé no quiera o no pueda dormir.
¿Cómo conseguir que el bebé se duerma?
Lo primero de todo será armarte de paciencia, ya que no es un proceso sencillo que se solucione en un instante. Un método que resulta bastante útil es darle un baño antes de acostarse porque conseguirás que se relajen antes. También puedes darle un masaje suave justo después con algún aceite aromático para garantizar que le entre sueño.
Otra manera de tranquilizar a tu hijo es mecerle y arrullarle hasta que veas que poco a poco le va entrando sueño. Ten en cuenta que antes debes haberte asegurado de que su pañal está limpio y que has cubierto sus necesidades alimenticias. Por eso, antes de este paso es recomendable que le des el pecho. Además, la leche materna contiene nutrientes que influyen positivamente en el sueño.
Por último, lo más importante de todo es que crees rutinas estables con tu bebé, puesto que así será más fácil que no proteste y llore cuando toquen sus horas de sueños, ya que su cuerpo se habrá acostumbrado. Con todo esto, verás como la regresión del sueño será un proceso mucho más llevadero.