Abrimos la puerta de uno de los clubs más importantes de España, el Círculo Mágico de Madrid. Allí se reúnen magos e ilusionistas dispuestos a pasar las horas entre barajas, monedas, cuerdas y otros elementos que desatan la sorpresa y la ilusión de un arte escénico milenario.
Nadie imaginaría que detrás de este antiguo portón rojo se esconde un mundo mágico por descubrir. En este rincón, a pocos metros de la avenida de Asturias, se reúnen todas las semanas los mejores ilusionistas de España para "fomentar la afición por la magia y compartir experiencias", cuenta Felipe Otero, presidente del Círculo Mágico de Madrid. Un lugar para soñar a través de conferencias, actuaciones o talleres y en donde tienen cabida ilusionistas de cualquier especialidad que manejen, como cartomagia, magia de cerca o cómica, infantil y mentalismo, entre otras. Sus paredes guardan constancia de un arte milenario al que hay que dedicarle "muchas horas de estudio y esfuerzo", añade. Fotografías, carteles históricos, premios e infinidad de referencias invitan a adentrarse en un mundo sorprendente en donde la historia de la magia revive a cada paso.
Cualquier persona puede formar parte de este Círculo Mágico sin importar su condición o nivel de conocimientos. Solo es necesario sentir pasión por este arte, "condición imprescindible", asegura Ede Martín, secretario del colectivo. Previa entrevista, el aspirante tendrá que demostrar ante el resto de compañeros, a través de una prueba de afición, que "vive la magia" y que quiere formar parte de los 200 socios que ya tiene el Círculo en Madrid.
Felipe y Ede, magos profesionales que han sabido combinar su pasión por la magia con otras dedicaciones laborales, conocen bien los entresijos de la magia y saben lo que cuesta dedicarse a ello. Ambos se aficionaron al ilusionismo desde que eran bien pequeños cuando en el caso de Felipe, llegó a sus manos la primera caja de magia Borrás. "Fue un descurimiento", recuerda. A partir de ahí y su posterior visita al Museo de Cera, donde sus ojos infantiles no daban crédito, en una sala de espejos, a la actuación de un mago, influyeron en su afición a este arte. La poca bibliografía existente esa época fue formando a este ilusionista que hoy en día no olvida cuando entró en a formar parte ya hace 25 años del Círculo madrileño. Ede llegó a la magia de manera similiar. Con 10 años descubrió en la televisión, "en blanco y negro", recuerda, el programa 'Manos mágicas' donde los magos salían con unos guantes blancos. Pero no fue hasta que acabó los estudios y encontró su primer libro de magia cuando comenzó a dedicarse de una manera más profesional. La influencia de los primeros magos importantes como Juan Tamariz también marcó la existencia de estos ilusionistas y de Rubén Miranda, otro de los socios del club, que creció grabando trucos de magia de la pequeña pantalla. "Esto es un vicio", explican los tres cuando explican su pasión por el ilusionismo.
Aunque resulta complejo vivir de la magia hoy en día, es posible si se le dedica tiempo. "Lo ideal sería ensayar las 24 horas del día. Necesitas una disciplina constante como el actor cuando ensaya", explica Ede Martín. Y es que la magia es también un arte que hay que ensayar y a diferencia del teatro, cuenta Felipe, "un actor puede meter una morcilla y nadie se entera pero el mago no puede. Tiene que tener la mente centrada y seguir dos guiones: el de la actuación y el del juego". Y el reciclaje de los magos es algo prioritario. Siempre hay que estar alerta para darle diferentes vueltas a un mismo truco. Las conferencias de El Círculo permiten conseguir esto, "reciclarse compartiendo experiencias en este local".
La afición por la magia está creciendo en los últimos años. Cada vez hay más espectáculos y festivales que se celebran en Madrid de la mano de magos profesionales y otros aficionados, como el Festival Internacional de Magia que reúne a los más prestigiosos ilusionistas del planeta. Un despunte de la magia madrileña que este año demostró Héctor Mancha, un canario residente en Madrid, socio del Círculo, que ganó en julio el primer premio en la categoría de magia escénica del Mundial de Magia celebrado en Rimini (Italia). Ilusionista especializado en magia, improvisación, sombras chinas, robo escénico, comedia e improvisación, ha conseguido otros reconocimientos que situán a España entre los países punteros en lo que se refiere a ilusionismo.
En el Círculo Mágico de Madrid también entregan el Premio Ascanio, creado en 1979, para premiar al mago que destaca en la especialidad de magia de cerca. Durante muchos años, el premio fue concedido por el propio Ascanio, uno de los grandes maestros de la cartomagia española que revolucionó las técnicas y teorías. Un galardón abierto a todos los magos del mundo.
Aunque les cuesta admitirlo porque no quieren pedir nada, en el Círculo de Madrid no reciben ayudas ni subvenciones. Consideran que se debe a que el ilusionismo no recibe la importancia que merece. Para Ede hacer magia "es el arte de hacer cosas extraordinarias y admirables" y por ello, reiteran la necesidad de cuidar la "buena salud" que cada vez más disfruta el ilusionismo.