Oscar Wilde estrenó ‘El abanico de lady Windermere’ en 1892. La sociedad británica temía la difamación, la mala imagen. Lady Windermere cree que su marido está manteniendo una relación con otra mujer. A partir de ahí se teje una red de enredos que culmina cuando aparece en escena el famoso abanico, supuesto delator de una infidelidad. Las apariencias son, como siempre, engañosas, pero una de las protagonistas se sacrifica para salvar el honor de otra. En España la comedia se ha representado pocas veces: María Guerrero en 1920 o Amparo Rivelles en 1992.
‘Windermere club’ está inspirado en Wilde, pero es, sobre todo, una obra de Juan Carlos Rubio, que sitúa la acción en Miami y en un salón de salsa con ese nombre. Lo regenta una joven pareja, cuya relación se tambaleará por la aparición en escena de una sofisticada y misteriosa dama española.
En el transcurso de una sesiones nocturnas de salsa irán apareciendo las verdades y mentiras de los seis protagonistas.