Cada año por estas fechas se repite la misma estampa: campus universitarios convertidos en un hervidero de estudiantes de Bachillerato y ciclos formativos, nerviosos ante lo que se les viene encima, la temida y decisiva prueba de la que dependerá su paso a la educación superior. Desde este lunes 6 de junio, 38.220 jóvenes madrileños se enfrentan a la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EvAU) en su convocatoria ordinaria en las seis universidades públicas de la región.
La EvAU se compone de un bloque obligatorio y una fase optativa, en la que los estudiantes pueden optar a mejorar su nota. Las cuatro asignaturas de las que se examinan de manera obligatoria son Lengua castellana, Historia de España e Idioma -asignaturas comunes en todos los Bachilleratos-, más la materia principal de la especialidad elegida: Matemáticas II (en el itinerario de Ciencias de la Salud), Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales (Ciencias Sociales), Latín (Humanidades) o Fundamentos del Arte (Artes). La duración de cada examen es de una hora y media, con un descanso entre el final de un ejercicio y el inicio del siguiente de, al menos, 60 minutos.
El bloque obligatorio, compuesto por esos cuatro exámenes, comienza este lunes para los estudiantes de la modalidad de Ciencias y el martes 7 de junio para los estudiantes de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes. Miércoles y jueves se realizarán las pruebas de materias optativas, mientras que el viernes se reserva para posibles incidencias o ejercicios correspondientes a materias coincidentes.
Para garantizar el acceso escalonado al recinto y evitar las aglomeraciones, el primer y segundo día los estudiantes comenzarán los exámenes a las 9:30 horas, pero tendrán que llegar al campus al menos una hora antes para estar en la puerta del aula a la hora del llamamiento que se realizará al menos con 30 minutos de antelación. La primera prueba se desarrollará de 9:30 a 11 horas. La segunda, de 12 a 13:30 horas y la tercera y última del día, de 16 a 17:30 horas.
La movilidad para acceder a las distintas sedes está garantizada. El Consorcio Regional de Transportes de Madrid ha puesto en marcha un Plan Especial de Movilidad durante estos cuatro días para facilitar el acceso a las facultades. Metro, Metro Ligero, autobuses urbanos e interurbanos que se dirigen a los campus y Cercanías de Renfe reforzarán sus servicios, principalmente en los tramos horarios de entrada y salida de las pruebas.
Dado el volumen de pasajeros que se prevé utilicen los grandes intercambiadores de Transporte, el Gobierno regional activará un protocolo para incrementar seguridad y vigilancia, evitar la acumulación de personas en las dársenas y prestar especial atención al cumplimiento de las medidas sanitarias.

Mismo formato que durante la pandemia
Como en las dos últimas ediciones, marcadas por el Covid-19, de nuevo habrá un sistema especial de evaluación. Los estudiantes podrán elegir las preguntas o ejercicios que deben resolver entre las dos opciones planteadas, frente al sistema anterior en el que había que decantarse por una de las dos opciones completas. Este método ofrece mayores posibilidades de acierto al alumno.
También se mantiene la posibilidad de realizar la EvAU en la convocatoria extraordinaria (entre el 5 y el 7 de julio), sin verse penalizado en los procesos de admisión, en aquellos casos en que el alumno inscrito no pueda asistir por circunstancias excepcionales debidamente acreditadas.
Lo que sí se modifica respecto al año anterior es el empleo de la mascarilla. Aunque la normativa ha eliminado la obligatoriedad de su uso en interiores y, por tanto, no se ha establecido una norma específica al respecto, en esta edición la mayoría de los tribunales recomiendan hacer un “uso responsable” de este elemento, en particular las personas vulnerables, en aglomeraciones y en caso de tener síntomas que pueden ser compatibles con Covid-19.
Otra novedad en esta EvAU tiene que ver con los alumnos con dislexia, a los que se evaluará principalmente en base al contenido y no la forma, por lo que no se penalizará la extensión menor de la habitual en las respuestas o una presentación inusual y se les facilitará papel extra, dado que en ocasiones el tamaño de su letra es grande.

Qué se puede llevar y qué no
El protocolo a la hora de realizar los exámenes de la EvAU establece como imprescindible que el alumno presente un documento que acredite su identidad, además del resguardo de matrícula y el justificante de pago. Los exámenes se entregan hechos en bolígrafo, en color negro o azul, no rojo ni verde, pero se pueden llevar lápices y gomas por si se desea hacer algún esquema previo. En caso del equivocación, mejor tachar la respuesta y seguir escribiendo que utilizar típex.
Evidentemente la mochila debe estar cerrada y no se permite material con anotaciones ni consultar los apuntes antes del examen. Sobre la mesa puede haber una botella con agua, pero no comida. Los alumnos que se examinan de Latín y Griego están autorizados a utilizar un diccionario, pero no en los exámenes de francés o inglés. Asimismo está permitido el uso del material necesario para la realización del ejercicio de Dibujo Técnico II, como escuadra, cartabón, regla, compás, lápices, goma de borrar, sacapuntas o transportador.
También está contemplado el uso de calculadoras, pero deben tratarse de unos modelos concretos que no puedan transmitir datos, ser programables, contar con pantalla gráfica ni resolver ecuaciones, operaciones con matrices, cálculo de determinantes, cálculo de derivadas, cálculo de integrales, ni almacenamiento de datos alfanuméricos.
Para evitarle al alumno la tentación de hacer trampas, durante la realización de las pruebas está prohibido el uso de teléfonos móviles o dispositivos que permitan la conexión inalámbrica, como tabletas, relojes inteligentes, gafas, pulseras o auriculares.

Precios poco populares
Tras las primeras pruebas, cada año surge la polémica sobre los diferentes exámenes según comunidades y probablemente se reactivará la eterna reivindicación de establecer una única prueba para todo el país que evite los agravios comparativos. Porque, aunque el punto de partida de la EvAU es una norma estatal que fija los criterios generales de cada examen, como duración, tipos de preguntas, partes, contenidos o porcentajes en la nota, son las Comunidades las que organizan y diseñan las pruebas y establecen los criterios de corrección. Al final, los alumnos de comunidades donde teóricamente las pruebas son más duras, como la Comunidad de Madrid, se quejan de que pierden las plazas disponibles en su territorio en favor de quienes llegan de otras regiones con notas superiores obtenidas en pruebas en apariencia más sencillas.
Junto con esta demanda, hay otra reclamación que se ha hecho más frecuente en los últimos años: el precio de la EvAU. La Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE) ha denunciado sus "altos" precios, un "verdadero problema" para familias y estudiantes con una situación económica vulnerable.
Denuncian la falta de mecanismos y ayudas específicas para afrontar el pago de estas tasas y reclaman una bajada en los costes de las pruebas o de medidas con las que se puedan combatir las desigualdades. "Son pruebas que no podemos no hacer, si queremos ir a la universidad tenemos que hacerlas, deberían ser gratuitas, si seguimos poniendo trabas y obstáculos, mucha gente se quedará por el camino", denuncia la presidenta de la organización estudiantil, Andrea G. Henry.
Según la presidenta de CANAE, "la mayoría de estudiantes no saben que tienen que pagar estas tasas hasta semanas antes de la realización de las pruebas. Es una sorpresa para muchas familias. Y estas no son las únicas tasas, cuando tenemos que recoger nuestro título académico también se nos cobra, entre otras cosas".
La brecha no se ensancha solo entre los estudiantes más y menos afortunados económicamente, también entre territorios. ”Las desigualdades se agrandan dependiendo de la comunidad donde se realicen. Un estudiante de la Comunidad de Madrid pagará aproximadamente unos 127,90 euros, mientras que en Comunidad Valenciana se paga en torno a 78 euros", explican desde CANAE.
Además, la diferencia de sistema por comunidades hace que el precio sea fijo en unas y en otras variable en función de los exámenes que se realicen. "Algunos estudiantes hacen menos exámenes para así pagar menos y son estos estudiantes los que tienen menos posibilidades de llegar a la máxima nota, en este caso un 14”, denuncian.

Algunas administraciones locales, como los ayuntamientos de Móstoles y Alcorcón, han puesto en marcha ayudas para costear este gasto a los alumnos de familias desfavorecidas. En el primer caso, la medida se puso en marcha el año pasado cuando se supo que un instituto de este municipio había iniciado una colecta entre los profesores para poder pagar el examen de varios estudiantes sin recursos. Este año la ayuda cubrirá la tasa ordinaria de la prueba y también los costes de emisión del título de bachiller. En el caso de Alcorcón, se subvenciona el importe total de la inscripción.
El Sindicato de Estudiantes va más allá de la crítica al precio de esta prueba y se opone frontalmente a ella. "Durante años se nos ha intentado vender que la EvAU es una medida que sirve para garantizar la igualdad de oportunidades para acceder a la universidad para todas y todos los estudiantes, independientemente del nivel económico de sus familias y de si han estudiado en centros públicos o privados. ¡Esto es completamente mentira!", señala a Madridiario Celia del Barrio, portavoz del Sindicato.
Asegura que la EvAU "es una prueba totalmente injusta" que "beneficia a los estudiantes con mayor nivel socioeconómico". Alude a un estudio que "señala claramente que los estudiantes provenientes de barrios con mayor renta son los que obtienen mejores resultados para poder acceder a las carreras que desean: la diferencia de su nota media en selectividad con los estudiantes de los barrios más desfavorecidos llega a alcanzar casi un punto de diferencia".
La portavoz del Sindicato de Estudiantes desgrana los aspectos en los que 'falla' la universidad pública: "tasas por las nubes que son un veto completo a los estudiantes de familias trabajadoras. Una política de becas que ha sufrido recortes constantes. Notas de corte para acceder a las facultades cada vez más elevadas, y que obviamente solo benefician a aquellas clases sociales que disponen de todos los medios materiales y humanos para garantizar una educación de calidad para sus hijos".
Por ello, argumenta, "asegurar una educación pública, gratuita, laica y de calidad pasa por garantizar que hay plazas suficientes para todas y todos en la Universidad Pública en las mejores condiciones, y asegurar que esta sea además completamente gratuita para los hijos e hijas de las familias trabajadoras".
Amaya Prado, vocal del Colegio de Psicólogos de Madrid, ofrece cinco claves básicas para afrontar de manera adecuada la EvAU:
1.-Hacer una organización flexible y realista, tratando de recordar las materias ya estudiadas. Es importante no querer estudiar partes desde cero porque va a resultar complicado en poco tiempo y esto puede generar angustia y bloqueos. En los días previos, sobre todo el día anterior, conviene dejar un tiempo pequeño de estudio y tiempos de descanso y desconexión para poder enfrentarse al examen de una manera adecuada y descansada.
2.-Realizar la prueba de una manera ordenada intentando contestar siempre a las preguntas que mejor sé, tratando de organizarme bien el tiempo disponible para poder contestar a todas las preguntas, así como leer y, en caso de duda, preguntar.
3.-Una vez terminados los exámenes, hay que dejarlos de lado. Esto quiere decir que debo evitar ponerme a mirar soluciones de preguntas que no he resuelto o ver si me he equivocado en alguna respuesta o tema desarrollado, porque lo que puede provocar es mayor angustia y más bloqueo de cara a los siguientes exámenes.
4.-Conviene en estos días tener un adecuado descanso así como una buena alimentación y tiempos de desbloqueo. Sí estudiando tengo bloqueos, mejor desconectar y luego volver al estudio.
5.-Los padres tienen que fomentar la confianza en sus capacidades y habilidades y ser un apoyo en estos momentos en los que pueden presentar angustia y dificultad emocional, por lo tanto, hay que tratar de no presionar y de ser un apoyo.