Queridos Reyes Magos:
Hoy en la búsqueda de una carta que debisteis de devolverme hace años, me he animado otra vez a escribiros.
Como no la he encontrado, esta vez no sé por dónde empezar...
He pensado que quiero que me traigáis un poco de lo del año pasado, que me gustó.
Risas, de las de porque sí.
Algún sabor nuevo, una misma mirada y un escalofrío.
Quiero que me dejéis unas cuantas veces el olor que dejan unas tortas que hace mi abuela por la mañana.
Quiero pintura, de esa invisible, pero que funciona cuando alguien está gris.
Traernos más imperfecciones, que estamos más artísticos.
Si lo encontráis, el reflejo de un espejo, para mirarme de vez en cuando a mí misma.
Me pido también algún secreto (pero sssssh, ni a Melchor, ni a Gaspar).
Quiero que me dejéis cerca a quien me enseña a captar instantes. Me he comprado una cámara buena, y no sé usarla.
Me pido también un poco de agua salada, que a veces no viene mal un poco de mar, sudor y lágrimas.
Quiero curiosidad.
También quiero muchas alas, de esas que vuelan muy muy alto, para repartirlas a quien las tenga rotas.
Y sí, ya sé que hay muchos niños mayores y que solo está permitido pedir una cosa, pero no os olvidéis del amor, la ilusión, y del TIEMPO… que este año he sido buena y hoy creo en la magia.