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El Retiro, en la UCI

Por Pedro Montoliú
miércoles 11 de abril de 2018, 18:58h

Pasear por el parque del Retiro se ha convertido en una carrera de obstáculos. El paseo de Coches se encuentra cerrado desde el paseo de Uruguay hasta la plaza del Ángel Caído y lo mismo ocurre con algunas de las extensas parcelas situadas a ambos lados. En algunas zonas tan solo existen pasillos para que los peatones puedan atravesar el parque. El pasado lunes, los paseantes pudieron ver cómo unos operarios procedían a talar un árbol mientras que a unas decenas de metros unos técnicos discutían si el ejemplar que les cobijaba debía seguir el mismo destino.

Madrid siempre hay presumido de ser la segunda ciudad del mundo, solo precedida por Tokio, en número de árboles. Si en Madrid hay casi 300.000 ejemplares, en la capital japonesa hay 400.000. No sé como estarán los árboles japoneses, pero a la vista de los estudios realizados en los últimos años, los de Madrid no están nada bien. La muerte de un niño de cuatro años el pasado 24 de marzo ha sido la última gota que ha desbordado el vaso.

A raíz de que en 2014 murieran dos hombres por caídas de ramas en el Retiro y en Santa Eugenia, se ordenó un estudio cuyo resultado fue la tala de 1.500 árboles. Ello no evito que en 2016 muriera por el mismo motivo otro hombre en el Camino de Vinateros. La actual Corporación ordenó entonces inspeccionar 144.000 árboles, de los que 12.800 ya han sido talados en estos dos últimos años.

En el Retiro la situación no es diferente. De los 19.000 ejemplares que existen en el parque, en marzo de 2016 los expertos aconsejaron talar 531, apuntalar 91 y podar 2.708. Ahora esas cifras se van a ver multiplicadas.

Los técnicos apuntan un sinfín de posibles causas: plantaciones y días del Árbol en los que se han colocado ejemplares sin ningún criterio, podas mal realizadas, elección de especies poco adecuadas, mantenimiento deficiente, suelos débiles, envejecimiento, contaminación, cambio climático, plagas o uso masivo de algunas zonas verdes como ocurre con el Retiro. Lo más probable es que el mal estado del arbolado madrileño se deba a la suma de todos ellos.

Solo queda esperar los dictámenes que llevarán, querámoslo o no, a la poda de algunos miles de árboles. Entre tanto, es necesario exigir la adopción de medidas de seguridad inmediata cuando así lo aconsejen las circunstancias, un mejor control y conservación y la puesta en marcha, de una vez por todas, de planes contra esa contaminación que los árboles intentan enmascarar a costa de su salud.

Árbol cortado en El Retiro.
Árbol cortado en El Retiro. (Foto: Pedro Montoliú)
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