La rotura, detectada el pasado 30 de agosto, pertenece a una parte del forjado de la piscina que afectaba a una superficie de unos 10 metros situada sobre la sala de calderas. Los técnicos del Servicio de Edificación Deficiente del Área de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento se han hecho cargo de los trabajos de valoración de la rotura, así como de la adopción de las medidas de seguridad pertinentes. El objetivo es garantizar la seguridad de trabajadores y usuarios y que la instalación, según aseguran fuentes del Ayuntamiento, esté de nuevo disponible lo antes posible.
Las conclusiones de los técnicos determinarán la necesidad de acometer obras de reparación en la zona, la envergadura de las mismas y, como estos trabajos, pueden afectar a la prestación del servicio a los usuarios de la instalación.