En su concierto en la sala Galileo Galilei estará acompañado por su banda, ya que cuando se lanza a la carretera y sale de gira olvida la mentalidad 'hazlo tú mismo'.
Más evocador que inventor, lo suyo es sugerir viajes en el tiempo. Su estación de llegada, aquella del pop barroco envuelto en psicodelia, adicto a los arreglos sutiles pero con brío y con las armonías. Con influencias de la segunda mitad de los 60 y la primera de los 70, es facil pensar en Syd Barret y en Kevin Ayers al escuchar su música.
Pero más allá de ese arco iris nostálgico, Gardner aporta mucha resonancia emocional. Sus reverencias melancólicas se preocupan por lo hipersensorial y lo hacen de manera impecable, con canciones que van creciendo, en plan mantra, como si fueran sueños enfebrecidos. En abril de este año ha publicado su segundo álbum, 'Hypnophobia', donde continúa atravesando relucientes túneles psicodélicos a través de estribillos de pop barroco.
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La mítica Galileo Galilei hace el (mejor) agosto con todas las músicas de 'Madridmorena jazzy mucho mazz'