El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y su pareja, portavoz de la formación en el Congreso, Irene Montero, han salvado la consulta interna planteada sobre su continuidad tras el revuelo generado por la compra de un chalet en Galapagar. Si bien la participación legitima sobradamente su permanencia en los cargos -han batido el récord de Vistalegre II-, el sabor de la victoria ha sido agridulce para los dirigentes de Podemos que vieron cómo un tercio de los votantes preferían su dimisión.