El
gran tenor ha pasado una larga temporada malito recuperándose de una embolia
pulmonar que le ha tenido delicado de salud, pero esta semana ha sido
protagonista de un gran honor reservado a solo unos pocos privilegiados. Tal
vez este sea el máximo honor que puede regalar la ciudad de Madrid a cualquier
persona. Este le fue concedido por unanimidad el 25 de abril pasado.
El
título, que solo puede recaer en los nacidos en la villa, reconoce sus méritos
y servicios a nuestra ciudad que vio nacer a este gran artista internacional,
hijo de padre catalán y madre vasca, el 21 de enero de 1941 en la calle Ibiza
del distrito Retiro.
El
artista, honrado, orgulloso y agradecido de tan gran reconocimiento ha
asegurado que cuando vuelva a la actividad su próximo concierto será en la
Plaza Mayor de Madrid. Ese será un gran regalo único para todos los madrileños.
"Me
siento bien e inmensamente feliz"
No
ha sido la única vez que públicamente la ciudad ha reconocido el arte de este
embajador madrileño, el primero en su familia, por cierto; ya que hay una placa
en la casa que le vio nacer puesta por el Ayuntamientoen el año 1978, en 2011
le fue concedida la Medalla de Oro de la Villa y en el año 2006 recibió la Medalla
Internacional de las Artes de nuestra Comunidad.
En
tiempos donde la vulgaridad, mediocridad y el éxito fácil sin esfuerzo han
tomado demasiados campos de la vida publica, con esos mensajes que calan,
lanzados a los cuatro vientos por determinados medios de comunicación, es bueno
saber que las artes, y en concreto los artistas que han dedicado toda una vida
a luchar y recorrer el mundo e intentar dejar alto el nombre de este país, a
través de sus bailes, voces y cualquiera de las artes que sus dones y esfuerzo cultiven,
es bueno como escribía saber que serán posiblemente reconocidos,siempre, por la
ciudad que les vio nacer y crecer.
Algo
tendrá que ver esta ciudad y su fuerza en la forja de grandes como Placido
Domingo, predilectos que lo son hoy y lo serán por mucho tiempo.