A primera hora de este martes han cambiado de opinión ante la crisis urgente que tienen que afrontar y han trazado un plan por el cual serán asistidos por otras embarcaciones, separando a los inmigrantes en diferentes grupos según sus necesidades y su estado en un total de tres barcos.
"El Aquarius agradece el gesto del Gobierno español, pero aún necesita instrucciones formales de los Centros de Coordinación de Rescate Marítimo de Roma y Madrid. Un viaje de tres días a Valencia en un barco que supera su capacidad máxima es inseguro", expicaban en un mensaje en redes sociales desde la ONG Médicos Sin Fronteras.
En las últimas horas, la embarcación esperaba ayuda humanitaria desde Malta, en concreto alimentos, que llegaría a lo largo de este martes. Las personas migrantes no afrontan urgencias preocupantes en lo puramente médico pero sus estados pueden empeorar y sí que presentan síntomas de fatiga, deshidratación, dolores musculares y mareos. Están afrontando también un fuerte estado de estrés y hacinamiento.
Entre los 629 inmigrantes hay seis mujeres embarazadas, varios pacientes críticos con hipotermia y síntomas de ahogamiento, todos estabilizados. Además, explicó Médicos Sin Fronteras a la 'Cadena SER', hay más de 20 personas con quemaduras químicas, originadas por la reacción inflamatoria a la mezcla de agua salada y combustible en el fondo de los botes de goma durante muchas horas.
Tanto las ONG como Bruselas y algún gobierno europeo han aplaudido el gesto del Gobierno de Pedro Sánchez e incluso desde Italia algunos medios le ensalzan por su decisión, en contraposición de la tomada por el nuevo Ejecutivo de su país, donde están presentes los radicales y xenófobos de La Liga, que ahora controlan el Ministerio del Interior. "Esto es solidaridad real puesta en práctica, tanto hacia estas personas desesperadas y vulnerables como hacia los demás estados miembros", ensalzó el comisario de Interior de Bruselas, Dimitris Avramopoulos.