En el artículo de hoy pretendemos enumerar una serie de factores que puedan ayudarle en la gestión de su propio negocio (en caso de ser emprendedor o pretenderlo), o simplemente para quienes pretendan informarse sobre ciertas nociones por mera curiosidad, y desean conocer más vericuetos de aquellos elementos que influyen de sobremanera en el devenir presente y futuro de cada organización que pueda ser objeto de estudio.
La empresa es un mundo gigante, y cuyo estudio difícilmente puede abordarse muy concretamente en un post de este tipo. Si bien, trataremos de mostrarles ciertos aspectos, cuya gestión y control minucioso consideramos que deben ser prácticas fundamentales en la empresa. Así, será más fácil perseguir el éxito, conseguirlo, y sobre todo, ser capaces de mantenerlo con el paso del tiempo.
Un gran número de emprendedores, que generalmente incluye a personas jóvenes que se decantan por crear empresas pequeñas para salir de la Crisis, prefieren utilizar servicios de asesoría empresarial para no pillarse los dedos, y poder recibir conocimientos que provienen de expertos con mayor experiencia en la materia. En Internet y con un solo clic se puede acceder a esta gestoría barata como opción viable y económica para el potencial interesado.
Factores
· Ubicación física: no aportamos ninguna novedad al reseñar de antemano la importancia de contar con un establecimiento atractivo y bien situado para crear ventaja competitiva con respecto a nuestros competidores. La empresa puede basar gran parte de su estrategia para el negocio en una rentable colocación física de sus tiendas.
· Marketing: es algo cada vez más común que las distintas compañías doten a esta parcela de un importante porcentaje de sus presupuestos. El producto se venderá con mayor facilidad si detrás cuenta con una campaña y unas acciones de marketing inteligentemente programadas y ejecutadas.
· Servicio al cliente: múltiples negocios han perdido rentabilidad por el hecho de no presentar un adecuado servicio al cliente. Éste, no engloba únicamente el proceso de venta, sino que abarca desde que surge mismamente la necesidad del individuo, hasta un posible servicio post-venta que la empresa en ocasiones tendrá que afrontar como obligación. La tipología del producto en cuestión incide bastante en este punto. En cualquier caso, una premisa está bastante clara: si el cliente está disconforme, difícilmente podremos fidelizarlo para que vuelva a contactar con nosotros.
· Información: este factor es capaz de crear una posición ventajosa de la empresa con respecto a sus rivales, la cual puede traducirse a la postre en mejores decisiones, nivel de servicio, o simplemente y siendo más generalistas, en mejores artículos finales para la organización.
· Productos destacables: si nuestra empresa es capaz de ofrecer al mercado una serie de productos con características distintivas (positivamente) en relación a nuestra competencia, tendrá mucho ganado.
No es preciso olvidar que será el propio producto quien deba ser considerado el centro de la actividad, y que si éste no presenta los atributos que el mercado de clientes exige, muy utópicamente podrá prosperar en el mismo a la larga.
Existen muchos más factores como comentamos con anterioridad, pero esperamos haberles podido acercar más a este mundo con nuestra orientación básica sobre tales aspectos tratados en la publicación, y dependientes en origen de la empresa.