Escuchando a Pablo Iglesias después de la reunión con el Rey no parece que la negociación, de la que tanto se habla como consecuencia del resultado electoral, se esté produciendo. Veo más bien autoritarismo de unos contra otros.
Pedro Sánchez se niega a hablar lo más mínimo con Mariano Rajoy y con el PP. Una decisión muy alejada de ese diálogo del que tanto habla. Sánchez esta muy agresivo contra el Presidente del Gobierno en funciones y con el PP al que les niega toda posibilidad de diálogo y acercamiento, a pesar de la proximidad que indican ambos programas en temas importantes. La postura rígida e intolerante del Secretario General del PSOE con los conservadores se produce al mismo tiempo que intenta acercarse a Podemos, cuyo líder Pablo Iglesias, somete a todo tipo de humillaciones y desprecios al líder socialista y a su partido en general.
A la salida de su reunión con el Rey ha hecho una declaración de prepotencia y alarde de dominio de la comunicación política, tomando la iniciativa de lo que sería un acuerdo con el PSOE de Sánchez. Iglesias sólo aceptará votarle como Presidente del Gobierno si él es Vicepresidente de ese ejecutivo y que figuren en él miembros de Podemos y de IU.
Contrastan las facilidades que rechaza por la derecha y las humillaciones que está dispuesto a asumir por la izquierda. Y todo por ser Presidente del Gobierno.
Iglesias no se lo pondrá fácil, aunque no sabemos lo que piensa Pablo Iglesias de verdad. Recuerden que hace poco más de un año estaba dispuesto a dar un sueldo a todos los españoles y dejar de pagar la deuda con Europa y, después de ir cambiando sus planteamientos a grandes saltos, llegar a que el referéndum sería una línea roja. Más tarde dijo que lo primero que haría al llegar a Congreso sería poner en marcha una Ley de urgencia social, de la que ya se ha olvidado y no la ha puesto en marcha. También nos dijo que lo último serían las sillas y los sillones y ahora resulta que quiere imponer, porque Iglesias no sabe pactar, tener cuatro grupos parlamentarios en el Congreso para llenar esos bolsillos “transparentes” que dice que tiene y poner por delante, de todo bien social, el reparto de un gobierno que ni siquiera existe todavía. Iglesias tiene claro lo que pretende y a donde quiere llegar. Sánchez tiene una responsabilidad y no es gobernar, es dejar España en buen lugar y evitar que el PSOE se hunda en beneficio de Podemos, una de las estrategias del líder comunista.
Creo que ha llegado el momento de que los ciudadanos tomemos la palabra y, sería conveniente, que en la reforma de las ley y de la Constitución figure la responsabilidad penal por las decisiones que se vayan tomando en la presidencia del Gobierno.