La del último disco de Patricio es una historia de éxito antes incluso de su publicación. Es más, es "un triunfo de la vida", como concede el cantautor vasco, diagnosticado de párkinson con solo 33 años y al que una avanzada intervención le ha permitido volver a la música rasgando su guitarra como antaño. Recuerda perfectamente el primer día que notó "que sucedían cosas raras en el pie".
Era 2012 y estaba volcado en la presentación de uno de sus discos en la sala Galileo Galilei de Madrid. "Vi que cuando estaba sometido a cargas de estrés, surgían problemas al andar o para posarlo", rememora a Efe, en la víspera del Día Mundial de esta enfermedad. Al principio no le dio importancia, pero "aquello no se iba, era cada segundo, cada instante", y los síntomas, "como la falta de movilidad en el tobillo", fueron a más. Solo un año después, ya no aguantaba "más de media hora o una hora" al piano. "Pero nunca dejé la música. Siempre compuse, incluso en los momentos más difíciles, que fue en la etapa sin diagnóstico. Fue duro tanto mental como físicamente, porque no tenía tratamiento y sí mucha información en la cabeza. Al ser algo muy visual, todo el mundo se daba cuenta y me preguntaba: 'Oye, ¿qué le pasa a tu pie?'. Y yo lo volcaba todo en canciones como un acto reflejo", cuenta.