El aeropuerto de Barajas había reservado un espacio junto a los recibidores de Air Europa para recibir a la comitiva olímpica. Un auténtico enjambre de medios de comunicación se agolpaban sobre cada político o deportista que se acercaba a facturar su equipaje. Los ánimos estaban muy altos y había energías. Serían necesarias para un día maratoniano. Y eso que la aventura acababa de empezar.
Al subir al avió, todo eran comentarios acerca de las candidaturas, las claves de una futurible victoria y de las derrotas precedentes. Una porra marcó la mañana, poniendo de manifiesto que los profesionales de la comunicación también dan un apoyo masivo a la candidatura.
Fue el momento previo a la comida, tras la que la zona VIP del avión, donde viajaban las personalidades de la política, durmieron una siesta generalizada, con ronquidos y posturas que fueron de lo más comentado de la mañana. Amenizaban la velada el exalcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, y el presidente de la Asamblea, José Ignacio Echeverría, que contaban batallitas olímpicas de su período municipal.
Tras la siesta, vendrían el café y las bebidas 'revitalizantes'. En la cola del avión, otros mataban el tiempo como podían: juegos de cartas, películas, lectura, ejercicios de estiramiento... Poco a poco el cansancio iba haciendo mella en los viajeros, que aún tardaron unas dos horas en llegar a sus habitaciones.
En la cena de recepción del hotel NH City, unos bailarines de tango amenizaron la velada, que se hizo corta debido al cansancio de los viajeros. Esperaba un día duro al día siguiente, con una rueda de prensa a primera hora de la mañana.
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