Con el verano ya encima y media España con la mente puesta en las vacaciones, es buen momento para hacernos una pregunta simple pero incómoda: ¿qué necesitamos realmente para descansar? No hablamos solo de cerrar el portátil o poner el contestador automático. Hablamos de descansar de verdad. De soltar cuerpo, mente y alma. Porque si llegas a julio con el piloto automático encendido y a toda velocidad, es probable que tu descanso también esté contaminado de inercia.
Para entender mejor cómo combatir el estrés laboral grave —ese que no se va con un mojito ni con una tumbona en la playa—, hablamos con el Dr. Carlos Cenalmor, médico y psiquiatra especializado en burnout. Hace unos años, dejó su consulta en Madrid para mudarse a un remoto valle de los Pirineos, desde donde ofrece sus servicios de manera online a todo el que lo necesite. No fue una escapada. Fue una forma radical de reconectar con lo esencial. “En el fondo, yo no buscaba tranquilidad, buscaba conexión”, nos cuenta. “Y la naturaleza fue la única que me la devolvió sin exigirme nada a cambio”.
Carlos Cenalmor insiste en que el problema del estrés crónico no se resuelve solo con técnicas de relajación o mindfulness empresarial. “El burnout es un problema complejo que afecta a todo lo que somos: cuerpo, mente y espíritu. Y la naturaleza toca justo ahí, en los tres niveles. Baja el cortisol, sí, pero también te devuelve algo más profundo: la presencia. El contacto con lo real. Te recuerda quién eres”.
Desde su experiencia, incluso pasear entre árboles o mirar una montaña puede reconfigurar el estado mental. “Yo he hecho rutas montañeras que eran auténticas palizas físicas, pero de las que volvía con la cabeza limpia, con decisiones tomadas, con claridad. Porque cuando te conectas con el entorno natural, también te conectas contigo mismo”.
Y aquí es donde las vacaciones de verano pueden convertirse en algo más que un paréntesis. En un punto de inflexión. “Si estás agotado, no organices un viaje para verlo todo en cinco días. Vete al monte. Quédate quieto. Mira. Siente. Porque el descanso no es cambiar de escenario, es cambiar de estado”.
Quizá esta vez, en lugar de buscar el chiringuito más animado, toca buscar un río. O una cima. O una sombra bajo la que no hacer nada. No por huir del estrés, sino para reencontrarte con algo que llevas dentro y que has olvidado.
Este verano, más que un descanso, puede ser un regreso. A ti. A tu cuerpo. A la tierra de donde vienes. Y a la vida que —quizá— aún estás a tiempo de recuperar.
Y si este verano quieres algo más que desconectar —si lo que buscas es aprender a parar de verdad, incluso en mitad del ajetreo diario—, el Dr. Carlos Cenalmor comparte cada día un breve correo de 3 minutos que puede ayudarte a reconectar contigo, entender lo que sientes y respirar un poco más hondo. Es gratuito y puedes apuntarte aquí.
Disfruta tus vacaciones. De verdad.