Pero puede que algunas personas que no pertenecen a ese sector no tengan demasiado claras las diferencias entre estos tres términos. ¿Eres una de ellas? Entonces, sigue leyendo para disipar tus dudas.
Velatorio: un término con doble significado
Por un lado, un velatorio es el propio acto de velar a un difunto; es decir, de permanecer junto al fallecido hasta que llegue la hora de inhumarlo o incinerarlo. En ocasiones, el cuerpo puede ser incinerado muy poco después de producirse el deceso. En este caso, lo que se velan son las cenizas del finado, convenientemente depositadas en una urna cineraria.
Por otra parte, la palabra velatorio también hace referencia al lugar donde se velan los restos mortales de la persona que se ha ido definitivamente. Antiguamente, ese lugar solía ser el propio domicilio de la persona fallecida, una práctica que, en la actualidad, ha caído en desuso.
Hoy en día, los velatorios son lugares especialmente acondicionados para tal fin, bien de manera provisional o permanente. Por ejemplo, puede acondicionarse cualquier sala o dependencia de un edificio para que sirva de velatorio o utilizarse una sala de un tanatorio que esté permanentemente preparada para ser utilizada como velatorio.
Los tanatorios: unas dependencias específicamente diseñadas para prestar servicios funerarios
Por el contrario, la palabra tanatorio tiene un significado único: un tanatorio es un conjunto de instalaciones cuya finalidad es la de prestar diversos tipos de servicios funerarios.
El principal es ofrecer un espacio acogedor y equipado, donde los familiares y allegados puedan velar al difunto y presentar sus condolencias hasta que llegue el momento del sepelio o incineración. Los tanatorios pueden contar con múltiples servicios adicionales, como los que siguen:
- Preparación y acondicionamiento estético de los restos mortales de la persona fallecida.
- Incineración de restos mortales.
- Servicio de restaurante o cafetería.
El funeral: un ritual de despedida o recuerdo que puede ser civil o religioso
Finalmente, el funeral es una ceremonia solemne en honor del fallecido. Según las convicciones del finado, o de sus familiares, el funeral puede tener carácter civil o religioso.
En los funerales religiosos, el rito de despedida se ciñe estrictamente a las normas y costumbres de la fe profesada por el fallecido. A modo de ejemplo, los funerales católicos consisten en una misa en la que se reciben los restos mortales y se celebran la liturgia de la palabra y la liturgia de la eucaristía, finalizando con la última encomendación y el adiós al fallecido.
Los funerales civiles pueden ser de índole muy diversa: desde la simple lectura de unas escuetas palabras en recuerdo del finado hasta complejos actos de homenaje, el abanico de elección a la hora de realizarlos es prácticamente infinito.
Finalmente, los funerales pueden ser de despedida o de aniversario. En el primer caso, lo más habitual es que se efectúen de cuerpo presente. En el segundo, hay familias que realizan un funeral de aniversario totalmente formal y otras únicamente celebran una misa en la que se menciona al fallecido o un breve acto de recuerdo en su memoria.