El Gobierno federal de Bélgica ha dado luz verde en la madrugada del lunes a la reforma para modernizar el mercado laboral que permitirá concentrar las horas de la semana laboral de cinco a cuatro días y flexibilizar los horarios de los trabajadores.
El objetivo de la reforma es "fortalecer a los trabajadores y las empresas", según indicó el presidente del Gobierno belga, Alexander De Croo, en una rueda de prensa ante los medios tras la presentación de medidas, que ha agregado que la reforma pretende establecer una "economía más sostenible, innovadora y digital".
El Gobierno federal belga ha anunciado este martes una reforma laboral que permitirá a los trabajadores concentrar en cuatro días su semana laboral para darles mayor 'flexibilidad' en la gestión de sus horarios, aunque este cambio no supondrá una reducción de las horas trabajadas. A través de estos cuatro pilares el Gobierno belga se ha marcado como objetivo de que la tasa de empleo en el país llegue al 80% en 2030, desde el 71% actual.
La reforma del mercado laboral belga contempla una mayor flexibilidad de la jornada semanal. Los empleados podrán reducir un día de trabajo si aumentan el número de horas diarias trabajadas, de tal manera que podrían pasar de trabajar cinco a cuatro días. La reforma contempla una condición máxima de 9'5 horas de trabajo diarias ampliables a 10 horas, previo acuerdo entre empresa y sindicatos.
Los empleados que así lo deseen podrán trabajar más horas una semana para compensarlo con menos horas de trabajo la siguiente. No obstante, deberá ser el trabajador el que solicite ambas fórmulas de trabajo. Además, los asalariados con horarios variables deberán tener previsión de sus jornadas con un mínimo de siete días de antelación.
Además, las empresas de más de 20 empleados deberán ofrecer a sus plantillas el derecho a la desconexión tras las horas de trabajo, lo que implica que no tendrán que contestar a las llamadas o responder a los emails entre las 23:00 y las 5:00. "No puede haber presión para leer y responder mensajes fuera del horario laboral", recoge el diario Le Soir las declaraciones del ministro de Trabajo belga, Pierre-Yves Dermagne.
¿Y en España?
El líder de Más País, Íñigo Errejón, es el que ha puesto sobre la mesa este tema en España a través de impulsar un proyecto piloto en empresas. A principios de año, calculaba que las bases de las ayudas a las empresas que ensayen la jornada laboral de cuatro días o 32 horas semanales estarán listas el primer trimestre del año.
Un proyecto piloto dotado con 10 millones de euros en su primera edición y que, a su juicio, ayudará a superar esa posición "un poco acomplejada" de no aplicar avances que ya se ensayan en otros países. El borrador ya fue enviado por Más País al Gobierno.
Según los cálculos que maneja la formación, unas 160 empresas podrían acogerse a los incentivos para reducir la jornada laboral, lo que beneficiaría a más de 3.000 empleados en la primera edición del programa, que tiene vocación plurianual hasta los 50 millones de euros.
El Ejecutivo y Más País pactaron dentro de los Presupuestos Generales una primera partida de 10 millones y hacer una cosa "muy propia de los países anglosajones", una experiencia piloto para convencer a la gente "más crítica" y que dice que "no puede aplicarse". De hecho, pronosticó que demostrarán, con esta pequeña ayuda inicial, que el tejido productivo puede ser más competitivo y mejorar la conciliación de su plantilla, sus procesos tecnológicos y su organización.
"Este es un debate que ya se está dando en todo el mundo, que se está dando en las empresas más punteras. A mí me da un poco de rabia esa actitud, un poco acomplejada, de cuando vemos que las cosas se discuten en Japón, en California o Alemania decimos 'qué avanzados son', y cuando las traemos a España decimos que aquí es imposible", lamentó.
Un espíritu que para Errejón denota una especie de "concepción pesimista" que tienen los "sectores más conservadores de España y que evidencia "mala concepción de su propio pueblo y su propia economía".
Y es que el líder de Más País reivindicó que la reducción de jornada a 32 horas se enmarca en una visión del trabajo del "siglo XXI", para caminar a "vidas más lentas" y "más sostenibles" que ayuden a enfrentar el cambio climático.