www.madridiario.es

PREMIO MADRID 2016 A TODA UNA VIDA

Lola Herrera
Lola Herrera

Lola Herrera: "Toda una vida es insuficiente para hacer todo"

A sus 80 años, Lola Herrera (Valladolid, 30 de junio de 1935) continúa ocupando los primeros puestos de las damas del teatro español. En las últimas semanas, ha vuelto a meterse en la piel de Carmen Sotillo para poner sobre las tablas del Teatro Victoria el desgarrador monólogo de Cinco horas con Mario. Un personaje vital y un talismán en su dilatada carrera profesional por el que ya ha sido reconocida en numerosas ocasiones. Los Premios Madrid 2016 han reconocido el bagaje y trayectoria de la actriz con el galardón a 'Toda una vida', no solo por su papel en esta obra sino por todos los años que lleva dedicada a esta profesión.


Premio a 'Toda una vida' por su amplia trayectoria y dedicación a la profesión y hace unos meses el Max de Honor 2016 por ser una figura clave de las Artes Escénicas. Son los últimos reconocimientos pero ha recibido muchos más a lo largo de vida.

Afortunadamente en cada etapa de mi vida. He tenido muchos reconocimientos en televisión y teatro. Infinidad de estímulos en el camino y ahora llega grueso de mi experiencia. Con 80 años, una ha hecho el camino casi completo

Pero aún le quedan muchas cosas por hacer

Por mucho que me quede, las posibilidades de hacer grandes cosas está en el pasado. Ahora, la situación es diferente.

Volvemos a verla en los escenarios de la mano de Carmen en un monólogo del que usted sabe bastante. ¿Qué recuerdos guarda de la primera vez que se subió al escenario con Cinco horas con Mario en 1979?

Lo recuerdo como algo hecho con mucha ilusión y como una aventura muy compensada con un gran éxito. La verdad es que lo hicimos como si se tratase de un experimento porque entonces no se hacían monólogos y menos de una mujer hablando con un muerto. Era poco atractivo para lo que se llevaba en aquella época. Nos desanimaba todo el mundo pero a pesar de ello, tiramos para adelante y se convirtió en un gran acontecimiento en el teatro. Fue una grata sorpresa que pudimos disfrutar a lo largo de los años.

Lola Herrera en 'Cinco horas con Mario'

¿Cómo es la Carmen Sotillo de esta ocasión, la que vemos en Teatro Reina Victoria de Madrid?

Hacía 15 años largos que no hacía el personaje. Ahora la mirada es distinta y lo que sale es otra cosa fruto del trabajo con Josefina Molina. El público está disfrutando mucho y la obra continúa dando muchas satisfacciones. Es una verdadera felicidad seguir paseando con Carmen por los escenarios.

Y trabajar con Delibes, ¿qué le aportó?

Fue muy agradable y estábamos de acuerdo en casi todo. Era una persona cercana que escuchaba y preguntaba mucho. Fuimos muy respetuosos con su texto y disfrutó mucho de la obra porque la vio muchas veces y desde distintos lugares del teatro. Recuerdo que llegaban montones de cartas de la gente al teatro, algo que no le ocurrió cuando escribió su novela.

Debe ser difícil recordar la extensa lista de personajes que ha interpretado a lo largo de su carrera pero, ¿guarda especial recuerdo de alguno?

Considero una ingratitud decir uno. Todo forma parte de mi vida, incluso los que no me gustaban. Juana la Loca me gustó mucho y Las amargas lágrimas de Petra von Kant me encantó. También he disfrutado mucho haciendo En el estanque dorado con Hector Alterio. Como peculiar podría decir Cinco horas con Mario porque a lo largo del tiempo me ha traído muchas satisfacciones. La verdad es que si no hubiese representado a todas esas mujeres a lo largo de tantos años, tampoco hubiese podido ponerme en la piel de Carmen Sotillo.

¿Cómo empezó en esto? Porque creo que comenzó haciendo sus primeros pinitos en la música, ¿es así?

Gané cuatro o cinco premios con 12 años y fui a un montón de concursos musicales. En Madrid, donde gané un segundo premio a pesar de lo difícil que era porque todo el mundo votaba a su vecino, fue la última vez. Empecé a estudiar solfeo, pero me aburría mucho porque en aquella época era muy pesado. Así que dejé de cantar y solo lo he hecho con los amigos.

Una afición musical que corre por las venas de su hija Natalia Dicenta, ¿verdad?

Ella canta mucho mejor que yo. Tiene un sentido musical muy especial y afinado. Siendo tan rubia y de ojos azules parece que es una negra cantando. Ese es mi placer, oírla a ella.

Lola HerreraCuando hecha la vista atrás, con sus éxitos y dificultades, ¿qué le queda por hacer?

Toda una vida es insuficiente para hacer todo. Te quedas sin hacer muchas cosas pero haces lo que puedes porque vas evolucionando y teniendo otras necesidades e inquietudes. Cuando pasan los años, no entiendo por qué la gente se queda sin curiosidad. Yo soy más curiosa por todo que cuando era más joven. La vida es muy corta para todo lo que quieres hacer, por lo que hay que aprovecharla. Cuando somos jóvenes nos creemos que todo esto es eterno pero no es así.

Y, ¿consigue hacer lo que le gusta todos los días?

Hago lo que me gusta y lo que no. Papeleos, recados, colas, todo eso me aburre mucho. Pero luego hay cosas que me satisfacen mucho, como mi trabajo.

¿Cómo es Lola Herrera fuera de los escenarios y qué hobbies tiene?

Muchos y no los puedo realizar todos. Me gusta el cine, leer, pasear por la calle sin prisas, mirar a la gente, sentarme en un sitio y ver como pasan las personas. También soy aficionada a todo lo que es bisutería, tengo herramientas y materiales que me entretienen mucho, pero ahora no tengo tiempo de tocarlos. La línea de ropa la estamos retirando porque no tengo tiempo de dedicarme a tantas cosas.

Es un referente para las mujeres de su edad. Muchas quieren envejecer con la misma elegancia que lo está haciendo usted, ¿qué les diría?

No hago nada especial. Cuando me dicen que ágil estás, les digo que lo mismo he tenido suerte de no tener artrosis, pero eso tiene que ver con los genes. Tengo unos buenos genes y, lo más importante, el entusiasmo de la vida y la fuerza para salir de las visicitudes. No se puede uno achicar ante las cosas, hay que hacer frente a la realidad que te toque en cada momento y disfrutar lo que se pueda. En mi caso, la profesión me ayuda mucho porque requiere una disciplina fuerte que aprendí muy pronto y eso se aplica al resto de los quehaceres diarios.

El teatro continúa siendo una de sus mayores ilusiones, ¿qué le da el teatro?

La ilusión es otra cosa, esto es otra pasión. Las ilusiones que son más etéreas y la pasión es un arraigamiento hacia algo, una fuerza. El teatro es lo que me mueve. Te mantiene viva, fresca y aunque los años pasan y vas perdiendo cosas por el camino, vas ganando otras. Las que ganas no están en el mercado de valores. Nada de lo que pasa en la vejez está valorado. Había civilizaciones donde ser mayor era una cosa importante pero vivimos en un mundo en el que no hay conciencia de que la gente mayor también ha sido joven.

Seguiremos disfrutándola muchos años más sobre el escenario, ¿verdad?

No lo sé porque la salud física y mental no se tiene comprada. No sé si voy a durar así hasta el final como las mujeres de mi familia que un buen día dijeron adiós sin más, con todo en su sitio. No hago planes. Lo que tiene esta edad es que los planes de un futuro son muy inmediatos porque no tienes un largo futuro por delante. Hay que estar en el presente y disfrutarlo lo más posible.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
1 comentarios