El Ayuntamiento de Madrid está acometiendo diversas actuaciones de rehabilitación del paso inferior de vehículos del Arco de la Victoria, en Moncloa, bajo la Avenida de los Reyes Católicos. En consecuencia, uno de los dos carriles de la vía, el del margen izquierdo, se ha cerrado al tráfico para facilitar el trabajo a los operarios.
La intervención comenzó el pasado 25 de agosto y tiene un plazo de ejecución de ocho semanas, por lo que se prevé que las mejoras concluyan a mediados de octubre. El proyecto cuenta con un presupuesto de 189.490 euros, sin IVA, y depende del área de Obras y Equipamientos que dirige Paloma García Romero.
La obra comprende la reparación del falso techo de tablero en las bocas de entrada y salida y en zonas deterioradas por humedades y la instalación de un tubo de drenaje para la recogida de aguas en el trasdós del muro y de las bajantes a los sumideros. También se sustituirán las baldosas dañadas en la plataforma superior y se sellarán las fisuras en el pavimento de la plataforma inferior.
En los trabajos previstos se incluye el chorreado y limpieza con agua a presión de los muros de hormigón del paso inferior, la restauración de las zonas desconchadas o con coqueras, la inyección y sellado de fisuras en el propio hormigón y la aplicación de pintura de anticarbonatación. Asimismo, se limpiará el óxido existente en la perfilería de la carpintería y se dará un tratamiento protector en la barandilla con pátina de óxido y en la perfilería metálica de los muros de revestimiento.
El monumento tendrá que esperar
Esta actuación en nada afecta al propio Arco de la Victoria, que desde hace varios años ofrece una imagen de total abandono. A las baldosas levantadas, las escalinatas rotas y la acumulación de basura que presenta de forma habitual, en los últimos meses se han multiplicado los grafitis sobre el propio monumento.
El Consorcio Regional de Transportes, que coordina el mantenimiento del monolito desde 2006 a través de la empresa que gestiona el intercambiador de Moncloa, explicaba a Madridiario el verano pasado que este espacio "se limpia habitualmente, aunque es una zona de dificil acceso" y precisaba que "no existe riesgo en la estructura". En todo caso, un año después la degradación de este vestigio franquista continúa.