Un 23 de junio de 1972, un Francisco Franco en sus últimos años como Jefe de Estado, se paseaba por la Casa de Campo junto a su esposa y su séquito de cargos políticos para recibir a los nuevos vecinos de la villa que allí se iban a ubicar a partir de entonces. Con la bendición de las instalaciones por parte del obispo auxiliar de Madrid, Ricardo Blanco, y el levantamiento de una lápida inaugural a manos del caudillo, el Zoo de Madrid quedaba abierto al público a partir de aquel verano.
Europa, Asia, África y Oceanía, eran las cuatro procedencias de los animales allí presentes. Y es que, unas instalaciones como aquellas no se habían visto hasta la fecha y eran, cuanto menos, particulares. Tal y como recogió aquel día el diario ABC: "El inventario de esta inauguración puede resumirse así: infraestructura general, cocinas, almacenes, silos, vestuarios, instalaciones centrales, almacenes, enfermería, instalacion de fauna asiática, instalaciones de fauna africana, de fauna australiana, recintos de fauna americana y recintos de felinos".
En unos vehículos especiales a modo de jardineras, Franco y su séquito recorrió el recinto haciendo paradas para contemplar de cerca animales que ni siquiera las mayores autoridades españolas habían vislumbrado. Tigres de bengala y osos fueron los primeros en presentarse, situados en un pabellón de invierno. Después, ya en la región de fauna Oceánica, un "acuario-delfinario" y un pabellón de simios, además de focas y elefantes marinos, fueron los elegidos para contemplar. Un recorrido que los Franco disfrutaron durante más de una hora.
Régimen de libertad
Una de las características de este recinto era, sin duda, el régimen de libertad en el que vivían los animales. Fosos y desniveles se encargaban de poner distancia entre animales y visitantes. "Es éste un sistema moderno y espectacular de enseñar un zoológico, puesto que los jardines de alrededores, paseos, zonas de descanso y guaridas de invierno para aquellas especies delicadas aseguran una visita cómoda y atrayente", dijo ABC en sus páginas.
Este lugar ha tenido momentos muy importantes y que muchos recordarán, como fue la llegada del oso panda Chulín, la llegada del primer rinoceronte blanco en nuestro país o el nacimiento del primer elefante asiático.
La buena organización del Zoo quedaba constatada y de esta forma, los animales eran bienvenidos a la villa madrileña con ojos de asombro. Cerca de la estación de metro El Batán, el Zoo de Madrid se convirtió en un ejemplo avanzado de costrucción moderna que contrastaba con la Casa de Fieras que hasta entonces había copado las miradas de los habitantes en la capital, en lo que a la apreciación de bestias salvajes se refiere. El conglomerado de jaulas situado en el Parque del Retiro fue clausurado directamente tras la inauguración del nuevo recinto de la Casa de Campo, que en 2009 pasó a ser considerado Bien de Interés Cultural.