Luis Álvarez y Santiago Segura han presentado su proyecto para transformar el gran edificio de la estación del Príncipe Pío en un complejo escénico que será conocido como ‘La Estación, Gran Teatro Príncipe Pío’. Nace bajo la cobertura de ‘Urban Projet’. La empresa logró el pasado mes de marzo la concesión de este espacio durante cincuenta años, tras el concurso convocado por ADIF, propietaria del edificio.
El teatro principal, de configuración a la italiana, tendrá capacidad para 1.100 espectadores y ocupará lo que fue el gran vestíbulo de la estación. Cuando se configure para conciertos podrá albergar hasta 2.500 personas. Las dos torres del edificio tendrán usos recreativos diversos. La torre de Levante albergará una sucursal en Madrid de la Academia Artistas de Fama de Nueva York. La de Poniente, con espléndidas panorámicas sobre el Campo del Moro, el Palacio Real y la Casa de Campo, se destinará a la restauración, con terraza, mirador y un restaurante de lujo. Se quiere que en el pavimento de la estación se vaya configurando un paseo de las estrellas español. Warner Music será la encargada de la programación de conciertos. El presupuesto para culminar el complejo será de 9 millones de euros. La idea es tener todas las licencias municipales en los próximos meses para iniciar las obras a mitad de 2016. El plazo de construcción será de 18 meses y, en el mejor de los casos, el teatro podría abrirse a final de 2017 pero lo más probable es que lo haga en 2018. José Luis Pamiés trabaja en el anteproyecto para transformar un edificio con múltiples elementos protegidos. Posteriormente se convocará un concurso para la ejecución de las obras.
Según Luis Álvarez: ‘Pretendemos que la Estación se convierta, en un plazo máximo de diez años, en uno de los iconos turísticos de Madrid, que la mayor parte de las personas que nos visiten tengan el interés de acercarse a este complejo’.
La estación lleva años cerrada aunque, puntualmente, se ha abierto para algunos rodajes o fiestas particulares. En 1999 Luis Ramírez, con su empresa Pigmalión, comenzó a hablar por primera vez de convertir este edificio en un gran teatro para musicales. Más tarde la empresa Stage y la SGAE anduvieron en conflictos para hacerse con el arriendo. Hasta se implicó al actor Antonio Banderas. Pero no salió adelante ninguno de los proyectos anunciados.
Por el momento está ya dispuesta para comenzar a recibir al público una carpa-circo instalada en el primitivo aparcamiento ante la fachada principal. Tiene capacidad para 600 Espectadores y recuerda la arquitectura de los teatros-circo que tan populares fueron en Madrid en la segunda mitad del XIX. Importantes para el desarrollo escénico de la Capital fue el teatro Circo de la Plaza del Rey, donde resurgió el género de la zarzuela y, más tarde, los que fueron instalándose, sobre todo en verano, en el paseo de Recoletos y sus inmediaciones. Los circos de Paul Larribeau, de William Parish y, finalmente, de Thomas Price, configuraron este género. Este recinto se inaugurará el viernes 4 de diciembre con un espectáculo calificado como ‘cabaret clandestino’.
Grandes proyectos fallidos
En 2002 el empresario y productor artístico José Luis Moreno, anunció a bombo y platillo la construcción de una gran teatro para ópera en unos terrenos de 26.000 metros cuadrados cedidos por el Ayuntamiento en el distrito de Hortaleza. Se localizaba entre las calles Machu Pichu, Ignacio Ávila, Inca Yupanqui y la avenida del Papa Negro. El complejo se iba a llamar Coliseo de las Tres Culturas y, según las condiciones de cesión debería estar terminado en 2006.
A la presentación, en abril de 2003, acudieron personalidades como Monserrat Caballé y el tenor José Cura. Pero tras aquel acto, nunca más se supo de este proyecto. Se fue demorando su puesta en marcha hasta que el ayuntamiento instó, en 2010, la reversión de los terrenos ante la inviabilidad del teatro, que iba a tener capacidad para unos seis mil espectadores entre todas las salas. Además se construiría un aparcamiento para 1.500 vehículos, un conservatorio y una zona comercial.