Y más, como era de esperar, su boda con el chef David Muñoz, con quien se marchó inmediatamente después a la India y a su regreso tuvo un roce con los periodistas que le esperaban en el aeropuerto. Cristina lo explica “Estaba claro que si me había casado iban a venir. Siempre trato muy bien a la prensa, lo cuento todo pero que venga alguien a esperarme después de un viaje de catorce horas, con la cara de dormida…Me molestó. Además, todo el mundo sabía que no fui a la India de luna de miel. David iba a trabajar y le acompañé. La luna de miel la tendremos en verano. No paramos de trabajar”.
Una boda, la suya, de la que se habló mucho por la forma en que iba vestida “No esperaba la repercusión que tuvo. Si lo llego a saber quito el vestidor del salón… Es que las fotos fueron horrendas. Pero esa soy yo. Me arreglo para acudir a determinados actos, o cuando salgo con David a un sitio. Pero me daba pereza que el día de mi boda fuera el día más falso de mi vida. Esas mujeres que se arreglan tanto que ni las conocen los novios…”
Continúa leyento el artículo en La vida es una tómbola.