Las obras de restauración han supuesto una inversión de 117.000 euros para la Comunidad de Madrid. Se trata de un puente de cuatro ojos formados por bóvedas de arco de medio punto, y grandes dovelas de piedra apoyadas en un zócalo de sillería, levantado sobre el Arroyo del Valle, próximo al Parque Regional de la Sierra de Guadarrama, y a la Cuenca del Río Lozoya y sus embalses.
La intervención
de la Consejería de Empleo, Turismo y Cultura ha consistido en la limpieza
y restauración de piezas originales, y recuperación de las piezas
desaparecidas del pretil. Además se ha colocado un nuevo pavimento, y se
ha adecuado el entorno del río mediante el desbroce, limpieza de los márgenes,
movimientos de tierras y plantación de especies autóctonas.
La actuación se ha enmarcado en el Plan de Restauración de Puentes Históricos
de la Comunidad de Madrid, que ha puesto en marcha el Gobierno regional
y que prevé intervenir en 109 puentes con más de 100 años de antigüedad. Se trata de
puentes que se encuentran en zonas rurales, dentro de circuitos senderistas
y de cicloturismo.
Hasta el momento ya se ha intervenido en el puente de Cal y Canto
en Buitrago del Lozoya; los puentes de la Marmota, del Bazán y del Grajal
en Colmenar Viejo; los puentes de la Mata y de Salustiano en Miraflores de
la Sierra; el puente del Pasadero en Navalagamella; el puente romano de
Talamanca del Jarama; el puente Mocha en Valdemaqueda; Puente Junto a
Monesterio en El Escorial, y el puente de Hierro de Malpartida en
Villamantilla. La Comunidad de Madrid ha invertido ya 1,7 millones de euros
en la rehabilitación de los puentes históricos.
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