"El principio de Arquímedes" es una inquietante obra de teatro que, desde hace varios años, recorre la geografía la española. Ahora llega a La Abadía donde se representará hasta el 2 de noviembre. Josep Maria Miró es el autor y director del montaje, que está interpretado por Rubén de Eguía, Roser Batalla, Santi Ricart y Jaume Ulled.
El tema de la pedofilia es uno de los candentes en la
actualidad. Por eso atreverse a exponerlo en un escenario supone una osadía.
Pero es que con "El principio de Arquímedes" se pretende colocar al espectador
ante una disyuntiva: proteger a los menores de cualquier contacto con adultos
y, a la vez, negar la posibilidad de ser tiernos con la infancia, de apoyarlos
sin ninguna sospecha de abusos.
Rubén (Rubén de Eguía) es un monitor de natación con
niños. Debe apoyarlos en sus miedos, en sus recelos a la hora de mantenerse en
el agua. Ante el temor de unos de sus pequeños alumnos, el monitor lo abraza y
le da un beso. Y ahí surge el conflicto: ¿es un simple gesto de apoyo y protección?
¿Es una agresión sexual? Algunos padres de los pequeños no dudan en acusar al
monitor de atacar a los alumnos. No dejan lugar a la duda y hay que erradicar
cualquier actitud sospechosa. Obviamente ni se plantean que Rubén tuviera un
simple gesto espontáneo para dar confianza al chaval miedoso. Además, si
alguien pretende defender al joven, corre el riesgo de ser acusado de
encubridor. El espectador tendrá que sacar sus propias conclusiones y
plantearse si esa actitud férrea de protección es la más adecuada para los
menores.
El texto obtuvo en 2011 el Premio Born de teatro en 2011
y se ha representado hasta ahora en Rusia, Puerto Rico, Argentina, Alemania o
México.
El debate puede ser apasionante. En esta temporada tenemos otra obra -"Haz
click aquí"- que también pone al público ante la duda, en este caso por una
denuncia por violación. A priori el joven acusado es culpable y nadie admite
sus argumentos de defensa. Pero José Padilla deja en el aire la duda de si la
acusadora es, realmente, una farsante.