La plantilla de la lavandería central de Mejorada del Campo cumple este jueves veinte días en huelga. Según los sindicatos, de los
25.000-30.000 kilos de ropa limpia que salían cada día para repartirse
por los
hospitales madrileños, tan solo están saliendo 8.000 kilos. Los
trabajadores protestan por el sustancial empeoramiento de sus
condiciones laborales provocado por la privatización del servicio, que
implica un rebaja en sus salarios de 1.100 a 640 euros brutos.
El 6 de diciembre comenzó una huelga indefinida en la lavandería central del Mejorada del Campo. A 26 de diciembre, "todo sigue igual". Carmen Collado, que trabaja en la lavandería desde hace diez años, reconoce que no pensaba que fueran a "aguantar tanto". Con unos servicios mínimos fijados en el 50 por ciento (la limpieza de ropa hospitalaria se considera un servicio esencial), cada trabajador ha hecho diez días de huelga de media que supondrán, calculan, una merma salarial de "unos 300 euros". Collado dice que no tienen ninguna intención de desconvocar los paros y critica que la empresa actúe "con chulería". "El día de Nochebuena los que estábamos de mínimos no salimos hasta las 11 de la noche", afirma.
En esta lavandería se lava la ropa de 19 hospitales públicos madrileños (La Paz, Cantoblanco, 12 de Octubre, Ramón y Cajal, Clínico San Carlos, La Princesa, Santa Cristina, Carlos III, Niño Jesús, Cruz Roja, Virgen de la Torre, La Fuenfría, Getafe, Móstoles, Severo Ochoa, Príncipe de Asturias, Gregorio Marañón, El Escorial y Guadarrama). Allí en noviembre trabajaban más de 300 personas, entre fijos, interinos y eventuales, siendo todos ellos personal del Servicio Madrileño de Salud (Sermas). Justificado en un ahorro de 36 millones de euros, la Comunidad de Madrid decidió adjudicar este servicio a las empresas Unión Temporal de Empresas Fundosa Lavanderías Industriales y Lavandería Industrial Laundry Center (Flisa), ambas pertenecientes al grupo empresarial de la Fundación ONCE.
Uno de los requisitos que la Comunidad imponía a las empresas era la
obligatoriedad de contratar a todo el personal, pero sin especificar las
condiciones. Y las condiciones ofrecidas resultaron, según los propios
trabajadores, "insultantes". En concreto, las adjudicatarias ofrecieron
una rebaja salarial de más de un 40 por ciento. Ante
este panorama, todo el personal estatutario fijo (123 personas) solicitó
su traslado a otros centros del Sermas, habiéndose incorporado en sus
nuevos destinos el pasado día 1. De los demás, 73 prefirieron quedarse
en paro que asumir tal merma en sus salarios y el resto (117 empleados,
según Flisa) firmaron los nuevos contratos. Seis días más tarde, CCOO y
CGT convocaron huelga indefinida. Carmen Collado dice que, de momento, no ha habido ningún acercamiento por parte de la empresa. "Estamos dispuestas a bajarnos el sueldo hasta los 1.000 euros, pero no más", concluye.
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