La Sala Canal de Isabel II acoge entre el 28 de noviembre y el 23 de febrero la muestra, 'Nicolás Muller. Obras maestras', que conmemora el centenario del nacimiento de este artista fundamental en la historia de la fotografía española. La exposición, que surge del archivo de Muller, reúne 125 instantáneas en blanco y negro, acompañadas de un vídeo que explica la vida y obra del húngaro.
La obra del fotógrafo, custodiada actualmente por su hija, la también fotógrafa Ana Muller, está formada por más de 14.000 negativos, de los que el comisario, Chema Conesa, ha seleccionado 125. En la exposición también se ha incluido un conjunto de documentos y objetos del artista, que permiten al visitante entender y contextualizar la trayectoria vital y artística de Muller.
La muestra se complementa con un catálogo, realizado en colaboración con La Fábrica, en el que a través de casi 300 páginas y más de 170 fotografías, realiza una relectura de la obra del fotógrafo. En el volumen se incluye un texto autobiográfico inédito del artista, titulado Recuerdos, así como una amplia biografía -a cargo de Pilar Rubio- y un ensayo de Chema Conesa.
Nicolás Muller, húngaro de nacimiento (Orosháza, 1913) se vio obligado a salir de su país en 1938 debido al nazismo y a la persecución de los judíos en centroeuropa. A lo largo de su viaje recorrerá distintos países (Francia, Marruecos o Portugal) para recalar finalmente en España en el año 1947, aspecto del que se hace hincapié en esta exposición, mostrando los diferentes países que el artista fue retratando con su cámara.
Su primera visita a nuestro país tuvo lugar cuando la Revista de Occidente le invita a realizar una exposición en Madrid. Fue entonces cuando Nicolás Muller abrió su estudio de fotografía en la capital, retratando a los personajes más destacados de la vida cultural española: Ortega y Gasset, Azorín, Pío Baroja, Pancho Cossío, Vicente Aleixandre, Menéndez Pidal, Pérez de Ayala, Aranguren y Marañón son, entre otros, algunas de las más ilustres personalidades que pasaron por su objetivo.
Desde el punto de vista teórico, Nicolás Muller, como otros fotógrafos de su generación, Robert Capa, Brasaï o Kertész, está muy influido por las teorías constructivistas de la época y por las nuevas formas visuales que se originan en la escuela alemana de la Bauhaus. Este conjunto de influencias dará lugar a una fotografía directa, expresiva y social que busca retratar a las clases sociales más desfavorecidas desde un humanismo que pone en valor la fuerza de lo cotidiano. Su trabajo, hasta su retirada en 1981, es un testimonio excepcional de su época por su valor y su calidad artística. En el año 2000 falleció en Asturias a los 86 años.
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