Después de tres días de deliberación, el jurado del caso Bretón ha dado la esperada decisión: el acusado ha sido declarado culpable. Ahora será el tribunal el que, en base al veredicto del jurado y teniendo en cuenta los informes finales de las partes, dicte sentencia. Para la defensa, José Bretón es inocente y debería ser absuelto, mientras que la fiscal y la acusación particular piden que se le condene a 40 años de prisión por haber asesinado presuntamente en octubre de 2011 a sus dos hijos, Ruth de seis años y José con dos años, y haber denunciado falsamente su desaparición.
La muerte de sus hijos ha sido de manera intencionada y será calificada jurídicamente como homicidio o asesinato, dependiendo de la apreciación de la alevosía en la conducta del acusado, según ha explicado el jurado. Además, ha solicitado que en caso de que sea condenado por los delitos de los que se le acusa, no se reclame al Consejo de Ministros su indulto, ya que para el jurado, Bretón es culpable de simulación de un delito de detención ilegal o secuestro de menores.
El móvil, concretado por el jurado, ha sido la venganza contra su esposa, dada su negativa a aceptar pacíficamente la ruptura matrimonial. Asimismo, entiende que el acusado decidió que la fecha adecuada sería el 8 de octubre de 2011, aprovechando que ese fin de semana estaría con los niños, con forme al acuerdo al que había llegado con su esposa. El jurado, además, considera probado que Bretón compró un ansiolítico y un antidepresivo para usarlos con sus hijos y adormecerlos o incluso matarlos. Aparte, el acusado se hizo con leña de la finca de sus padres y con gasolina con la pretensión de hacer desaparecer los cuerpos de sus hijos en una hoguera.
Los hechos del 'caso Bretón'
Según considera el jurado, el acusado estuvo con sus hijos en casa de su hermana hasta la una del mediodía. Después, se marchó a la finca de las Quemadas suministrándoles a los niños durante el trayecto o al llegar a la finca un número indeterminado de tranquilizantes para facilitar su adormecimiento o su muerte. Una vez habían llegado al destino, Bretón preparó una especie de pira funeraria en la cual colocó los cuerpos de sus hijos, sin que pueda determinarse si estaban con vida.
Sobre las seis de la tarde se desplazó hasta el entorno de la Ciudad de los Niños y cuando consideró que había transcurrido un tiempo suficiente para hacer creíble la ficticia desaparición de los menores, llamó a su hermano Rafael diciéndole que había perdido a los niños. Posteriormente, Bretón llamó al 112 provocando la intervención de la policía. Respecto a los restos óseos analizados, el jurado cree que pertenecen a los cuerpos sin vida de Ruth y José Bretón.
El jurado solo ha considerado no probados tres de los 21 puntos del objeto del veredicto, como que Bretón fuera con el coche de su hermana a la finca de Las Quemadas para asegurarse que no hubiera vecinos. Tampoco ha quedado comprobado que Bretón arrojara a dos contenedores bolsas con las ropas de sus hijos y duda de que no pueda determinarse si los restos óseos analizados por los peritos procedían de la hoguera.
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