La Asamblea de Madrid tramita una nueva ley que contempla multar con 300 euros a quienes beban alcohol en la calle, una cuantía que se duplicará si es la segunda vez que son sorprendidos haciendo botellón en menos de seis meses.
El Gobierno regional quiere endurecer las medidas contra las personas que consuman alcohol en la calle. Y lo hará mediante una disposición adicional incluida en una ley que nada tiene que ver con las drogodependencias,
la de Dinamización del Comercio Minorista Madrileño, ahora en la fase de presentación de enmiendas en el Parlamento madrileño, y que previsiblemente será aprobada gracias a la mayoría absoluta del Partido Popular en la Cámara.

La Disposición Final Tercera de este texto establece las nuevas sanciones por venta y consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, salvo terrazas, veladores, o en días de feria o fiestas patronales o similares. En el caso de que la infracción sea cometida por un menor de edad, el castigo consistirá en
una multa de 300 euros y prestaciones en beneficio de la comunidad.
Pero hay más. La principal novedad consiste en que, si se trata de una
reincidencia en menos de seis meses, la multa se incrementará en 300 euros por cada vez que haya sido sorprendido en las mismas circunstancias. Por otro lado,
si el menor se niega a realizar las prestaciones sociales que se le impongan,
la sanción podrá ser de entre 300 y 3.050 euros, que se incrementarán en otros tantos por cada vez que haya reincidido en los seis meses anteriores.
Según la Ley de Drogodependencias,
los padres y tutores tendrán que pagar las multas que se impongan a sus hijos. Esta medida, que ya levantó una gran polvareda cuando fue incluida en la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas para el ejercicio de 2011,
se consolida ahora con carácter permanente en la Ley de Drogodependencias.

Por otro lado, aunque para los adultos se mantienen
las mismas multas que ya contemplaba la Ley de Drogodependencias de 2002 (multa de entre 300 y 3.050 euros por beber en la calle), se introduce la posibilidad de que
se incrementen en la misma cuantía por cada vez que el infractor haya reincidido en los últimos seis meses.
Una vieja cruzada de Ana Botella
La lucha contra el 'botellón' es una vieja cruzada de la actual alcaldesa de la capital, Ana Botella. Siendo delegada de Medio Ambiente,
endureció las sanciones por este motivo a través de la Ordenanza del Ruido y pidió reiteradamente a la Comunidad que hiciera lo propio a través de su normativa sobre drogodependencias.
La nueva modificación de esta norma, que se incluye en la Ley de Dinamización del Comercio por motivos de rapidez ?será, previsiblemente, la próxima que se aprobará en la Asamblea?, da una nueva vuelta de tuerca a la lucha contra esta práctica al introducir la
reincidencia como agravante de las sanciones por beber alcohol en la calle. Se trata, en efecto,
de una medida adoptada a petición del Ayuntamiento de Madrid, según confirmaron a este digital fuentes solventes del Ejecutivo madrileño.