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'Yo no tenía valor para quitarme la vida y saqué el cuchillo para que la policía me matara'

"Yo no tenía valor para quitarme la vida y saqué el cuchillo para que la policía me matara"

Por David Canellada
lunes 28 de noviembre de 2011, 00:00h
El hombre que atacó con un cuchillo a un Policía Local en la Puerta del Sol confiesa durante el juicio que lo hizo para que los agentes le disparasen "porque yo no tenía valor para quitarme la vida". El agente, que hirió a un transeúnte durante el tiroteo con una bala que salió rebotada, sostiene que disparó cuando estuvo seguro de que no había otra opción "porque estaba convencido de que me iba a apuñalar".
El propio agresor -Santiago M.B., que padece un trastorno límite de la personalidad desde hace más de 15 años- ha reconocido que el agente actuó en legítima defensa y que provocó esa situación "porque quería que me matasen". "Me fui a por él todo lo rápido que pude -ha declarado este lunes durante la primera jornada del juicio-. No recuerdo cómo llevaba el cuchillo porque yo estaba muy alterado, pero supongo que él podía pensar que se lo iba a clavar".

A pesar de esta declaración, Santiago acusa al agente que le disparó, Israel S.V., de intento de homicidio -delito por el que pide una pena de cinco años de prisión- o, en su defecto, de un delito de lesiones, por el que pide una condena de dos años de cárcel. Santiago, por su parte, se enfrenta a una pena de cuatro años y tres meses de prisión por un delito de atentado y otro de daños. Los dos han declarado este lunes ante los magistrados de la Sección 30 de la Audiencia Provincial de Madrid, que deberán decidir, entre otras cosas, si la actuación del agente fue proporcionada a la situación provocada por Santiago.

Santiago, de 34 años, ha recordado durante esta primera jornada que se había escapado de su casa, en el Puerto de Santa María, después de que los médicos recomendasen su internamiento en un centro psiquiátrico y que llevaba dos días viviendo en la calle y sin tomar su medicación. "Yo estaba mal, desesperado, había estado dando golpes por las paredes e incluso había quedado con un hombre en Sol para pegarme, pero no apareció y ahí me descompuse. Quería que me matasen", ha declarado Santiago antes de relatar que en los últimos años ha protagonizado varios intentos de suicidio. "Me he tirado desde un quinto piso, desde un puente, he tomado matarratas... pero, desgradaciadamente, en esta ocasión involucré a otras personas".

Ese día, el seis de mayo de 2010, Santiago compró un cuchillo de cocina en una ferretería de la Puerta del Sol y se dirigió a un coche de la Policía Local que estaba aparcado en la misma plaza. Allí, empezó a dar puñetazos y patadas al vehículo para llamar la atención de los agentes. Su provocación tuvo el efecto que deseaba: cuatro agentes de la Policía Local que estaban en la zona se dirigieron hacia el coche, alertados por una mujer que había visto la escena, para ver qué ocurría. Uno de ellos era Israel, que llegó al coche junto a otro agente mientras los otros dos policías iban un poco más retrasados.

"Vinieron dos policías y me dieron el alto -ha recordado Santiago-. Uno me habló, aunque no sé lo que me dijo, así que saqué el cuchillo y me fui hacia él. Quería que me matase". Ese agente era Israel, que se había acercado hacia Santiago, con la defensa fuera, para identificarle. "Entonces se dio la vuelta y sacó el cuchillo de entre las piernas y dijo que la iba a liar -ha recordado el agente, que ha estado apoyado durante el juicio por varios compañeros del cuerpo y por miembros del sindicato policial Colectivo Profesional de Policía Municipal-. Dí dos pasos atrás, enfundé la defensa y saqué el arma reglamentaria".

El otro Policía Local que llegó al coche con Israel, y que también ha declarado este lunes, también sacó el arma y apuntó a Santiago. Durante su declaración, este segundo agente ha repetido en varias ocasiones que Israel no tuvo otra opción "porque daba la impresión clara de que iba a cumplir con lo que estaba amenazando". "Si el compañero no hubiese disparado, le hubiese apuñalado", ha señalado.

Tres disparos

Israel disparó en tres ocasiones. Una de las balas alcanzó a Santiago en el brazo en el que llevaba el cuchillo, otra en el abdomen y otra en la ingle. A pesar de los disparos, Santiago seguía avanzando hacia Israel blandiendo el cuchillo. "No sé dónde le dio el primer disparo -ha declarado Israel-. Fueron disparos instintivos, a la parte baja del cuerpo, porque lo único que quería era que no me matara". Este punto, precisamente, ha sido el más cuestionado por el abogado de Santiago, Jesús Ramírez.

El letrado ha criticado al agente de la Policía Local porque, a su juicio, "sólo pensó en salvarse y asumió que los disparos podían causar la muerte a Santiago". El agente, sin embargo, ha recordado que todo ocurrió muy rápido y que, además, tanto él como Santiago estaban en movimiento cuando disparó su arma. "Soy consciente de que los disparos podían matarle -ha dicho Israel-, pero era mejor en el abdomen que en la cabeza". Su representante legal, Eulogio García, ha insistido en que se trata de un caso evidente de legítima defensa. "El propio acusado ha declarado que quería que los policías creyeran que les iba a matar", ha recordado.

Uno de los disparos, además, atravesó el cuerpo de Santiago y acertó a un transeúnte que paseaba por la zona junto a su mujer. Se trataba de Antonio C.P., de 52 años, que perdió el ojo izquierdo como consecuencia del impacto. Antonio, que se ha personado en el juicio como acusación particular, reclama al agente que realizó el disparo una indemnización superior a los 500.000 euros. A juicio de su letrado, el agente debía saber que la bala podía atravesar el cuerpo de Santiago antes de disparar. "No somos expertos en balística y no sabía que la bala podía atravesar el cuerpo, aunque podía imaginarlo -ha contestado Israel-. A este hombre no le ví en ningún momento. Yo estaba nervioso y supongo que tenía miedo", ha concluido.
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