El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cerró la campaña electoral en Madrid, acompañando a los candidatos regional y municipales. Pidió que los españoles vayan a votar y reivindicó la inversión del Gobierno en la región en los apartados de infraestructuras y gasto social. Recordó a los acampados en Sol, asegurando que "no nos asustan las reivindicaciones. Nos comprometen".
Varios miles de militantes y simpatizantes socialistas se acercaron al pabellón 5 de Ifema para seguir el discurso de los líderes del partido, a apenas 72 horas de los comicios municipales y regionales.
El PSM cambió la sede hace un par de días de la Plaza Mayor a los recintos feriales, algo que se ha interpretado como una forma de esquivar las protestas del 'Movimiento 15-M'.
El primero en salir a la palestra fue un militante que se ha hecho ilustre gracias a sus composiciones.
El jubilado de Moratalaz, Antuá de Perpiñán, cantó una canción en contra de la gestión de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón.

Le siguió el ex secretario de Estado para el Deporte y candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, Jaime Lissavetzky, muy centrado en su discurso. De hecho, fue su mejor discurso en toda la campaña electoral. Levantó a la gente de sus asientos al sentirse
orgulloso del Gobierno de Zapatero y de sus valores socialistas.
Reivindicó para Madrid un mayor reequilibrio territorial ya que 9 distritos concentran el 60 por ciento del desempleo de la ciudad. "La prioridad no puede ser
un Madrid de postal con despachos de lujo, una política fiscal injusta y una mayoría de personas desesperadas. Los ciudadanos no deben desahogarse un día y sufrir cuatro años. Deben querer un voto a favor de la justicia, los servicios públicos, los barrios y las personas". Y sentenció: "
No pedimos un cheque en blanco o a ciegas, sino un voto constructivo para cambiar Madrid".
Impuesto a la banca
El alcaldable dio paso a Tomás Gómez, candidato a la presidencia de Madrid, que simpatizó con los acampados de Sol al sentirse indignado porque la banca y las constructoras hayan generado la crisis y no la paguen. Por eso, recordó que implantará
una tasa a los bancos. Recalcó que el gobierno del PP es el del negocio, frente al suyo, que es el de la vida. En ese sentido, el secretario general del PSM, explicó los desmanes de Esperanza Aguirre, que ha privatizado hospitales y escuelas infantiles y quiere hacer lo propio con Telemadrid y el Canal de Isabel II.
Propuso crear "ascensores sociales para que las plantas más bajas del edificio que es la sociedad puedan ascender y ver la luz". "Tenemos un proyecto de izquierdas para todos, porque todos necesitan servicios públicos que cubran sus necesidades", continuó. El líder del PSM aseguró que,
si gobernase el PP habría el mismo paro pero menos protección social. Por eso, pidió el voto. "Para recuperar la imagen de Madrid como un referente de justicia social", sentenció.

José Luis Rodríguez Zapatero cerró el acto de campaña con un discurso en el que pidió el voto a los españoles. Reivindicó que el PSOE es un partido reivindicativo hecho para gobernar y una escuela de democracia. Valoró la gestión de Jaime Lissavetzky como secretario de Estado de Deportes, porque, a pesar de que
ha liderado la edad de oro del deporte español, nunca se ha puesto una medalla. Esa gestión es la que, a juicio del secretario general del PSOE, es la que le convierte en el alcalde perfecto para la capital.
La valentía de Tomás
También reivindicó
la valentía de Tomás Gómez, que se atreve a todo por sus ideas. Dijo que es verdad que Gómez va a conseguir para Madrid lo mismo que Zapatero para España, "
ganar dos veces consecutivas al PP". También recordó a Esperanza Aguirre que su Gobierno ha invertido en la región mediante infraestructuras y el fomento de la Ley de Dependencia, mientras que los populares han convertido el paro en un arma electoral.

"Merece la pena Madrid y España. Merece la pena su futuro. Este proyecto ha escrito las mejores hojas de servicio que ha recibido este país. Debemos seguir sabiendo ganar para que el PP aprenda a saber perder". Se jactó de gobernar con austeridad, protección social, participación y liderazgo. Concluyó su discurso apelando también al movimiento 15-M, asegurando que "
no nos asustan las reivindicaciones. Nos comprometen".