Son tres autores distintos que también son amigos. A partir de una conversación sobre lo divino y lo humano surgen una serie de preguntas y cuestiones relativas al tema de la santidad, la religión, el misterio, la ejemplaridad y la búsqueda de la verdad. Y en base a esta cuestiones, cada uno de los autores se pone a escribir un texto con la premisa de que tiene que ser corto.

La verdad es que es un reto interpretativo. Te obliga a estar muy despierto y con la cabeza muy abierta. Cada autor hace un texto que es completamente diferente el uno del otro tanto estilísticamente como por el punto de partida. Es un espectáculo con tres textos muy distintos en los que actoralmente el reto mayor es pasar no solo de un personaje a otro sino también de un estilo de interpretación y lenguaje muy distinto en cada historia.
Los personajes, ¿tienen una dosis de realismo?
La primera historia es la más realista de las tres. Se llama ‘Mientras Dios duerme’del Ignacio del Moral. Ahí interpreto a una monja misionera de hoy en día que está en el Amazonas desde hace muchos años. Una mujer dedicada a mejorar las condiciones de vida de gente perdida a la mano de Dios. Se le acusa de homicidio y ahí entra el conflicto con las contradicciones que se plantean ante un hecho tan tremendo de si el fin justifica los medios. Es una mujer muy terrena, apegada a las cosas que tiene que solucionar.

En este caso, ¿hay algo de surrealismo en esa historia?
No habla de la santidad, sino más bien de lo mistérico, de lo sagrado entendido como lo extraordinario que nos puede pasar en la vida.
El director de la obra, Ernesto Caballero, también tiene su pieza, ¿cómo es?
Es ‘Oratorio para Edith Stein’, una historia real, la de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, patrona de Europa. Una mujer de finales del siglo XIX que nace en el seno de una familia judía y su camino se basa en la búsqueda de la verdad.

Sí, claro. Es curioso ver que según vamos hablando con unos y con otros, el público dice qué personaje les ha enganchado más. Tenemos una quiniela y van empatadas-entre risas-.
Hablando de creencias y devociones, ¿es creyente?
Me considero agnóstica. No sigo ninguna creencia.
¿Y cómo afronta una persona agnóstica una obra tan 'sagrada' y con personajes tan religiosos?
Los textos me fascinan. Las tres mujeres me apasionan. De Teresa Benedicta de la Cruz me quedo con esa búsqueda de la verdad, de no conformarse y seguir buscando caminos. El segundo texto también me apasiona porque es un diablillo divertido y juguetón. Y el primer autor, refleja es esa mujer terrena que a pesar de ser monja tiene un contacto con la realidad muy fuerte y comprometido.

Pues impone más respeto actuar para 126 personas, que es el aforo que tiene este teatro, que actuar para mil, como pasó con un ‘Un Dios salvaje’. Es curioso, porque como el escenario es como un pasillo central y al público le tenemos a los dos lados del escenario, trabajando a dos bandas. Tienes una sensación de recogimiento e intimidad enorme que por un lado favorecen mucho, por el tono de la historia que estamos contando, pero también impone el tenerlos tan cerca porque sabes que te están viendo pestañear. Aquí no hay posibilidad de engaño.
Como fue la primera mujer presidenta de la Academia de Cine, puede intuir la situación que se está viviendo en la institución en estos momentos. ¿Cómo valora la decisión de Álex de la Iglesia?
Es una lástima que Álex se haya marchado porque llegó lleno de propuestas y energías. Le ha dado a la Academia una inyección tremenda de vitalidad, pero ha entrado en contradicción con los principios de representar a un colectivo tan variopinto y con puntos de vista tan dispares. Eso requiere una neutralidad mayor y él no se siente representado en sus opiniones, salvo en la calle. Se trata de un puesto diplomático donde sus opiniones personales no pueden pesar más que las de un colectivo.
La primera persona en presentar su candidatura a la presidencia de la Academia ha sido Bigas Luna, ¿es un buen candidato?
Muy bueno, tiene creatividad y modernidad.

Me parece muy saludable que haya otras candidaturas porque es un sistema democrático y así podemos elegir entre más de una persona.
La renovación del cargo, ¿qué debería aportar a la Academia?
Un poquito más de tranquilidad y que las cosas funcionen con menos polémica. Y que se preste menos atención a las nimiedades y cosas internas de la Academia, que nada tiene que ver con el funcionamiento de nuestros cines.
'Santo' en la sala pequeña del Teatro Español. Hasta el 2 de abril