Según los datos aportados por Rubén Lauria Van de Wal, director de la división de Transportes de
Groupama Seguros, en Europa se producen cada año
pérdidas por 8.200 millones de euros sólo en robos y ataques al transporte por carretera, una cifra muy alta que obliga a apostar por unas condiciones de seguridad que eviten robos que llegan a superar los dos millones de euros por golpe si se quiere apostar de verdad por este sector.
Lauria recalcó que las empresas del sector invierten "grandes cantidades de dinero" en proteger los
almacenes de sus mercancías o las
plataformas logísticas desde las que las distribuyen. Ahora bien, cuando la mercancía entra en el vehículo de transporte, el camión, "la única defensa es el propio transportista" en la mayoría de las ocasiones.
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El directivo de la aseguradora recalcó que en el 90% de los casos de robos realizados existe una incidencia previa a su materialización, es decir, un
fallo en el protocolo de seguridad establecido. "Otras veces se subcontrata a empresas y no se comprueban sus protocolos de seguridad o su nivel de cumplimiento. El cuidado debe extremarse desde que la mercancía entra en el camión hasta que llega a destino", advirtió. Por ello es importante introducir desde GPS y comunicación por radiofrecuencia hasta botones antipánico, televigilancia, inhabilitadores de arranque o sensores de apertura de puertas si fuera necesario dependiendo del valor de la carga y su demanda en el
mercado negro.
Lauria planteó cómo las
mafias dedicadas al robo en carretera, que también actúan en la Comunidad de Madrid, conocen estos protocolos de seguridad y aprovechan las distracciones o incumplimientos en los mismos para hacerse con los bienes. Según los últimos estudios, aseguró, algunas
áreas de servicio españolas "son de las más seguras", pero ello no impide que otras estaciones de servicio o áreas de transporte suspendan en los test con muy mala nota.