En Carabanchel todavía subsiste, aunque casi inaccesible, una finca de recreo de la antigua aristocracia madrileña, con sus palacetes, su ría y sus jardines. La Finca de Vista Alegre alberga diversas instituciones públicas aunque, paradójicamente, está cerrada a las visitas. Los vecinos llevan años pidiendo que se abra como jardín público.
Carabanchel también cuenta con un jardín histórico, la Finca de Vista Alegre, aunque no esté reconocido como tal. Se empezó a construir en 1802, pero vivió sus momentos de mayor apogeo en los años centrales del siglo XIX, cuando fue Real Sitio, como residencia de verano de María Cristina de Borbón (cuarta esposa de Fernando VII) y después de sus hijas Isabel II y la infanta Luisa Fernanda. Más tarde perteneció al marqués de Salamanca, que compró en 1859 la finca a la familia real por 2,5 millones de reales. Durante los 51 años que van desde 1832 a 1883, la finca estuvo "unida, cuidada y albergó grandes obras de arte", según explica el historiador, José María Sánchez Molledo.
Tras esta etapa de esplendor, la propiedad pasa a manos del Estado, que la compró condicionada a que fuera destinada a fines benéficos. Centros como orfanatos se fueron construyendo sobre los jardines y comenzaron las primeras particiones lo que supuso la aparición de numerosas vallas y el abandono de un mantenimiento general y unitario de los espacios. Desde la muerte del marqués de Salamanca, empresario y político que da en la actualidad nombre al barrio que él impulsó, han pasado 131 años. "En definitiva, 50 años de construcción y 150 de destrucción", resume Molledo sobre la evolución de la finca en dos épocas bien diferenciadas.
Los vecinos llevan mucho tiempo reclamando que se recuperen los jardines y los diferentes elementos arquitectónicos para uso dotacional, se eliminen las barreras entre las instituciones que no requieran una especial seguridad y se abra el conjunto al público. Entre las diversas iniciativas, ha habido encierros y se ha presentado una carta pidiendo la declaración de bien de interés cultural de la funca para garantizar su protección. También los grupos municipales del PSOE e IU han solicitado en diversas ocasiones su apertura al público. Desde el Ayuntamiento, se han impulsado dos planes especiales que no han llegado a salir adelante, uno con Alberto López Viejo como concejal de Medio Ambiente y el otro, que incluía la creación de aparcamientos, con Alberto Ruiz Gallardón al frente de la Alcaldía.
"En la Alameda de Osuna tienen el Capricho y aquí no podemos disfrutar de Vista Alegre", se queja Sonia Dorado, quien ha publicado junto a Molledo varios libros sobre Carabanchel. "Podría ser el lugar más bonito de Carabanchel", apunta Gabriel Lozano, de la coordinadora de asociaciones de vecinos del distrito. Lozano asegura que el uso de los jardines y los edificios se viene reclamando desde que recuerda, aunque ahora la situación social hace que haya "otras prioridades". "Los edificios se están hundiendo", alerta, no obstante.
En la actualidad, si uno consigue pasear un rato sin que ningún vigilante repare en su presencia aún puede imaginar cómo era esta antigua finca de recreo que llegó a tener dos palacios, una ría navegable, fuentes, jardines, frutales, vaquería o caprichos como una faisanera. Aún se conserva parte de la ría, y hace años se encontró lo que se dio a conocer como el baño de Isabel II. Hay 28 edificios, algunos a la espera de uso, como la capilla construida por Manuel Martínez Chumillas en 1950 con frescos de Alfredo Ramón, que pensaba recuperarse como salón de actos de la escuela de música y danza que hay en la finca, pero que no alcanzó la financiación necesaria.
El palacio del marqués de Salamanca
Pero el principal inmueble es el palacio del marqués de Salamanca, que se destinó a Instituto de Reeducación de Inválidos y lleva décadas sin uso. En 2011, la Comunidad de Madrid firmó un acuerdo con la Universidad de Nueva York para que instalara su sede en este inmueble, pero según fuentes de la Comunidad, el proyecto quedó paralizado por falta de interés de la universidad. La conservación de este palacio remodelado en época del marqués por el principal arquitecto de la época Narciso Pascual y Colomer preocupa a los investigadores. Ahora se ha retirado el artesonado del salón árabe del palacio para garantizar su conservación, según la Comunidad, aunque Molledo y Dorado, que alertaron de su desaparición, no entienden cómo se pueden quitar las yeserías de las paredes para conservarlas, ya que al retirarlas pueden romperse. En la actualidad, toda la estancia ha perdido la decoración. A la espera de un destino para el inmueble, la Comunidad ha incluido un presupuesto de 100.000 euros para realizar obras de conservación del palacio en 2015.
Aparte del palacio del Marqués de Salamanca o palacio nuevo, en la finca hay otro palacio, el viejo o de María Cristina, que primero fue el colegio de huérfanas de La Unión, y hoy es un centro de formación del profesorado de la Comunidad de Madrid. Además, en la actualidad, sus edificios, construidos a lo largo de los últimos dos siglos, están ocupados por la Residencia Militar de San Fernando, el Centro de Formación de la Policía, el IES Puerta Bonita, varias residencias y el Centro de Enseñanzas Musicales y Conservatorio Superior de Danza. Excepto los dos primeros, el resto pertenece a la Comunidad de Madrid, pero depende de diferentes organismos y las parcelas tienen sus respectivas delimitaciones valladas y controles de acceso. En muchas de ellas, pese a tener su acceso abierto a quienes se dirigen a los centros, no se permite la estancia en los jardines. Es el caso del Centro de Formación de Profesores, cuyos jardines, en los que parece haberse detenido el tiempo, merece la pena visitar, aunque sea a escondidas.
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