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Salud | |||
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Por Fernando Rodríguez | |||
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Ya en la recta final del mes de abril y con el verano en el horizonte, Madrid registra ya temperaturas máximas que podrían superar los 35 grados. Consecuencia directa del cambio climático, las temidas olas de calor tienen lugar, cada año, con mayor premura, lo que afecta al normal desarrollo de la vida en la región. Tanto es así que sectores como la agricultura notan ya en sus carnes las consecuencias del calor y la escasez de precipitaciones. Otro de los ámbitos más preocupados por la cuestión es el educativo. Con centros "obsoletos" y el mercurio disparado, las familias reclaman ante las autoridades competentes soluciones que garanticen el bienestar de alumnos y profesores en la recta final del curso. Ante esta situación y en colaboración con la Sociedad Española de Pediatría, la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) Francisco Giner de los Ríos destaca la importancia de "cuidar la salud y el medio ambiente" y, para ello, plantea la necesidad de un "Plan de Salud Ambiental Escolar" que aborde de manera integral la problemática del calor en las aulas, una cuestión que, dicen, no se está abordando como debiera. "Lo llevamos pidiendo desde hace bastante tiempo, con más ahínco desde la pandemia (...), pero, por el momento no tenemos constancia de que se esté elaborando. Seguimos pendientes de que desde la Consejería de Educación quieran atender nuestra petición", lamenta Carmen Morillas, representante del colectivo.
Además de exigir la reducción de ratios y el incremento de recursos, tanto humanos como materiales, la hoja de ruta planteada por la FAPA Francisco Giner de los Ríos centra el tiro en la importancia de las infraestructuras, el "continente" de los centros educativos: "Nuestro plan de Salud Ambiental Escolar recoge aspectos como la retirada del amianto o la necesidad de entornos escolares seguros. También la importancia de contar con edificios y patios amables para el alumnado y que estén, asimismo, bien habilitados. Con agua, fuentes, vegetación, toldos...". La clave, a su juicio, pasa por favorecer las condiciones óptimas para que se de "frescura y sombra". Otra de las cuestiones que más preocupa a la FAPA es la falta de inversión por parte del Gobierno autonómico y la implantación de la tan criticada construcción por fases. "Hay colegios que están completamente obsoletos. Centros con más de 50 años de vida en los que no se ha retocado absolutamente nada. Tienen los mismos cerramientos, las mismas persianas... Eso por no hablar de la construcción por fases, con colegios que se van levantando mientras se imparten las clases y en los que no hay ni una sola sombra", asegura Morillas. Las condiciones, apostilla, distan mucho de ser las "necesarias en pleno cambio climático": "Fíjate en el mes en el que estamos y el calor que hace ya...". Protocolo y mayor inversión: Educación se defiendeSiguiendo la estela de lo expuesto en múltiples ocasiones por el vicepresidente y consejero de Educación y Universidades, Enrique Ossorio, fuentes de la Comunidad de Madrid consultadas por Madridiario defienden la gestión del Ejecutivo en materia de prevención del calor en los centros educativos de la región, poniendo en valor la inversión realizada. "Entre 2015 y 2022 la Comunidad ha invertido 7,7 millones de euros en 329 actuaciones. En los próximos dos años, tiene previsto invertir 37 millones de euros más en 19 actuaciones. En cuanto a la construcción de nuevos centros educativos, las actuaciones de eficiencia energética suponen alrededor de 15 millones de euros al año", aseguran. En paralelo, mismas fuentes indican que tanto colegios como institutos disponen de fondos públicos para acometer todas aquellas actuaciones que consideren oportunas. De esta forma pueden "afrontar en mejores condiciones los episodios de temperaturas extremas". Entre ellas destacan la colocación de sistemas de aislamiento térmico exterior en las fachadas, la modernización de los sistemas de climatización, la instalación de sistemas pasivos de protección contra el sol, como los toldos, o la instalación de suelo radiante de agua fría. A expensas del plan integral propuesto por la FAPA Francisco Giner de los Ríos, la Comunidad de Madrid ha elaborado y distribuido un protocolo de actuación con medidas preventivas que los centros deben aplicar con el fin de "atenuar los efectos durante las olas de calor". El documento, al que ha tenido acceso este digital, recoge recomendaciones tan genéricas como el consumo regular de agua "aunque no se tenga sed" o evitar las horas centrales del día e incluso el consumo de alcohol con el objetivo de prevenir golpes de calor. En el apartado más específico figuran otras como el regado nocturno de patios y fachadas.
El catálogo de medidas se complementa ahora con la posibilidad de impartir algunas materias fuera del aula y a la sombra en días con temperaturas especialmente elevadas. Del mismo modo, las autoridades dejan abierta la puerta para que colegios e institutos revisen sus actividades extraescolares y complementarias para que no se desarrollen en las horas centrales. Todo ello, matizan, sin que la autonomía organizativa de cada centro se vea alterada. Sin embargo, lo "vago" de los criterios expuestos por el protocolo de la Consejería de Educación ha levantado ampollas entre las familias: "No es un protocolo. Algunas direcciones de centros ni siquiera lo han recibido y las que sí se echan las manos a la cabeza. La mayoría de medidas son las mismas que se recomienda a la población general ante olas de calor y las más específicas no se concretan. Por ejemplo, hablan de regar patios y fachadas por las noches. ¿Quién se encarga de esta labor? ¿Y con qué agua? No creo que sobre en plena sequía...", expone Morillas. Una "tomadura de pelo": la polémica entra en campañaLa candidata de Más Madrid a la presidencia de la Comunidad, Mónica García, se ha referido ya en numerosas ocasiones a las medidas de prevención de olas de calor que el Ejecutivo ha remitido a los centros educativos como una "tomadura de pelo" "Nos acordamos desde 2017 del consejero que decía que había que abanicarse y ahora el consejo es que beban sin sed. Yo creo que es una tomadura de pelo y creo que los gobiernos están para remangarse", asegura. Aunque valora positivamente la adopción de las últimas medidas, García considera que aún "queda mucho por hacer": "No le echamos la culpa a la señora Ayuso ni del cambio climático ni del calor, pero sí la responsabilidad de no asumirlo, ser negacionista y mirar a un lado cuando le proponemos ciertas medidas. Me alegro de que haya recogido algunas de ellas, pero aún queda mucho por hacer". En esa línea, Más Madrid plantea la adopción de un plan de choque que, a partir de una inversión próxima a los diez millones de euros, financie la instalación de toldos en los patios, de cubiertas en los parques, que se adelante la apertura de piscinas, la instalación de sombras en aquellas zonas donde se produzcan islas de calor y un mayor número de inspecciones en centros de salud y residencias. |
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